Al rescate de la biodiversidad
-Línea investigativa identificó microorganismos clave que potencian la recuperación de especies pioneras y vitales para el frágil bosque de la zona.
Las especies Sophora fernandeziana y Sophora masafuerana árboles endémicos del Archipiélago Juan Fernández, son los que buscan proteger y rescatar del peligro de extinción, un equipo de expertos de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción y de Conaf quienes recientemente asistieron a la actividad de cierre del proyecto financiado por el Fondo de Investigación del Bosque Nativo de Conaf, que comenzó el 2023 y que finalizó este año.
“En este proyecto lo que hicimos fue buscar microorganismos simbiontes que fueran benéficos para las especies mencionadas que están en peligro de extinción en la Isla Robinson Crusoe y en la Isla Alejandro Selkirk, del Archipiélago Juan Fernández. Estas dos especies son clave en el restablecimiento de los bosques del lugar por su aporte en nitrógeno, además son especies endémicas que se encuentran en muy baja población”, explicó la Dra. Macarena Gerding González, directora del Laboratorio de Bacteriología y académica del Departamento de Producción Vegetal de Agronomía UdeC.
Según lo explicado por la experta, la especie Sophora Fernandeziana, que está en la Isla Robinson Crusoe, también conocida como madera dura o leña dura, y que se utilizaba para la construcción de embarcaciones o como carbón, se ha visto muy afectada sobre todo en el último tiempo con el impacto que generan animales como los conejos o roedores. “Estos animales invasores se alimentan de los renovales, las semillas y las plantas que están emergiendo. Entonces el tema es que hay que plantarlas y protegerlas”.
Línea Investigativa
Como ambas especies son de las familias de las leguminosas, parte del trabajo ejecutado en estos dos años de proyecto fue buscar bacterias simbiontes fijadoras de nitrógeno en distintas especies del género Sophora; conocidas como rizobios. “Las leguminosas son reconocidas en los sistemas agrícolas porque aportan nitrógeno a la dieta humana, animal y también a los sistemas agrícolas cuando se usan como cultivos coberteros o como rotación. En sistemas forestales han sido menos estudiados, y en el marco de este proyecto pudimos confirmar que la selección del rizobio específico para cada especie es clave en el desarrollo y sobrevivencia de la planta. De hecho, en la visita a terreno realizada pudimos constatar que árboles están distribuidos en el bosque sugiriendo que no solo usan el nitrógeno fijado para su propia nutrición, sino que existe un aporte a otros árboles en el sistema y por eso las consideran plantas pioneras, porque tienen que estar estas plantas para que podamos después ir restableciendo otras especies en el bosque”, señaló la Dra. Gerding.
En el reciente viaje a la isla Robinson Crusoe, en el marco del cierre del proyecto, pudieron capacitar a funcionarios de Conaf y a personas de la comunidad sobre la importancia de que las plantas de vivero sean inoculadas con microorganismos benéficos, “no es cosa de propagar la planta en sustrato inerte y luego trasplantar, es importante que vayan acompañadas de este tipo de asociaciones benéficas. En el proyecto seleccionamos rizobios específicos y efectivos para Sophora fernandeziana y Sophora masafuerana y también hongos micorrícicos que son hongos que se asocian a las raíces y que les permiten extender más su radio de absorción de nutrientes y agua. Con la inoculación conjunta de estos microorganismos tuvimos resultados muy interesantes en condiciones controladas, tanto en desarrollo de follaje y raíces, como en la sobrevivencia. El objetivo de este viaje fue transferirles estas tecnologías, y además elaboramos un manual para que ellos cuando propaguen las plantas incorporen las indicaciones que allí aparecen”.
Árbol vital para picaflor
Un aspecto que destacó la Dra. Macarena Gerding fue que en las islas pudieron reunirse con ambientalistas, representantes de Conaf y con isleños que están muy comprometidos con el rescate de su flora “y en estos encuentros me comentaban que el árbol que está en Robinson Crusoe, produce muchas flores, entonces es muy importante para la mantención del picaflor de la Isla Juan Fernández, que también se ha visto afectado por la disminución del árbol Sophora fernandeziana, que es muy florido y se alimenta de ellos. Actualmente ven a este picaflor en la ciudad, donde hay más flores ornamentales, en los bosques ya no se ve tanto”.
La Dra. Gerding visitó los lugares junto a la profesional ejecutora del proyecto, Tamara Quezada, y con el Dr. Jaime Espejo quien es ingeniero forestal y botánico, equipo que también ha trabajado el rescate del toromiro, el árbol endémico extinto de Rapa Nui. “Hemos realizado un trabajo muy parecido a lo que hicimos en Isla de Pascua pero ahora enfocados en estas otras especies que aún estamos a tiempo de rescatarlas antes de que se extingan”.
Finalmente, de acuerdo a lo explicado por la experta aún hay tareas pendientes en el Archipiélago por lo que existe el compromiso de buscar fuentes de financiamiento para nuevas aristas de la investigación. “En Robinson Crusoe existen laboratorios de Conaf, pero no están implementados para que puedan masificar sus propios microorganismos, entonces nuestra idea es presentar un nuevo proyecto que nos permita habilitar ese laboratorio y realizar evaluaciones en los bosques con plantas inoculadas, porque hasta el momento no han tenido mucho éxito las que han tratado de reestablecer, había muy pocas vivas y los árboles más antiguos están muriendo. Entonces estamos realmente viviendo un proceso de extinción y debemos actuar ahora”, puntualizó.
Nuestros académicos Ricardo Muñoz y Antonio Pinto se encuentran trabajando con los académicos de las Facultades de Ciencias Forestales (Rosa Alzamora y Juan Pedro Elissetche), dentro del ámbito de acción o pertinencia de la Unidad de Biosistemas Silvoagropecuarias (UBSA), en el proyecto “Cadena productiva forestal de escuadrías pequeñas: Potenciando el bosque nativo”.
La iniciativa está siendo desarrollado colaborativamente con académicos de las Facultades de Agronomía e Ingeniería Forestal (Paulina Fernández) y de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos (Francisco Chateau) de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
El proyecto es financiado por el Fondo de investigación de bosque nativo (CONAF 017/2020), y su objetivo es aumentar el valor de recuperación del bosque nativo a través del aprovechamiento de materia prima cuya dimensión y calidad es rechazada en la industria del aserrío, y que por tanto es derivada al uso leña o biomasa. En tal sentido, se propone una tecnología para segregar y poner en valor esta materia prima y derivarla a productos que exploten los atributos de: i) origen: valor por ser de madera nativa proveniente del manejo sustentable; ii) existencia: por ser una materia prima cuya alternativa era ser quemada; y iii) cultural: dado que cada especie constituye una parte del capital natural e histórico de Chile.
De acuerdo con lo manifestado por los académicos, la actividad más reciente fue un Taller con Artesanos en Maderas de la localidad de Liquiñe, comuna de Panguipulli. La actividad contó con el apoyo en alianza de la Fundación de Artesanías de Chile, institución que trabaja en el desarrollo sociocultural y económico de los artesanos/as tradicionales. El propósito del evento fue levantar, desde ese importante grupo de usuarios de madera nativa, información relativa a los productos que se encuentra generando el proyecto, lo cual se enmarca en la puesta en valor de maderas nativas, de pequeñas dimensiones proveniente del bosque, y dirigirla a productos que exploten atributos de valor de especies nativas en lugar de su derivación como biomasa o leña.
El evento fue conducido por los académicos Ricardo Muñoz, Antonio Pinto, y el académico Francisco Chateau.

