Logo Facultad Agronomía UdeC
Síguenos en:

Clase Magistral sobre biotecnología agrícola

– En la Conferencia de la industria de semillas del valle agrícola de China central- 2025, se compartieron experiencias de éxito sobre la recuperación de ecosistemas agrícolas y la disminución del uso de agroquímicos que son un foco constante para el medio ambiente.

El docente e investigador de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, Dr. Ernesto Moya Elizondo, fue invitado a la Conferencia Internacional de la Industria de Semillas del Valle Agrícola de Zhongyuan, en la provincia de Henan, en China, para presentar algunas de sus líneas investigativas relacionadas con biocontroladores y su impacto en la producción de trigo.

A la conferencia asistieron más de 500 personas y participaron investigadores de diversas partes del mundo como Australia, Italia, Malasia, Estados Unidos y en representación de China, expusieron expertos que trabajan en la línea de producción de semillas.

“Presentar los resultados de nuestras investigaciones en un foro internacional como este significa que el conocimiento que generamos está traspasando fronteras. Además, demuestra que lo que hacemos con los biocontroladores tiene un valor muy importante para la seguridad alimentaria global”, expresó el Dr. Ernesto Moya Elizondo quien tuvo también la oportunidad de conocer dos universidades: Henan Institute of Science and Technology (HIST), ubicada en Xinxiang y Xinyang Agriculture and Forestry University (XAFU) localizada en la ciudad de Xinyang, en la provincia de Henan.

“Con la primera universidad mencionada, el año pasado se firmó un memorando de acuerdo de colaboración conjunta y en este viaje logramos generar un primer acuerdo para desarrollar un proyecto conjunto para establecer una línea de investigación de fungicidas y biocontroladores, ya que esto último tiene un impacto en los rendimientos de cultivos como el trigo”, precisó el experto quien también señaló que tanto en HIST como en XAFU, se reunió con sus autoridades, con la lógica de desarrollar actividades de investigación y de colaboración académica.

Biocontroladores

Desde hace más de diez años el Laboratorio de Fitopatología, perteneciente al Departamento de Producción Vegetal de la Facultad de Agronomía y que lidera el Dr. Moya, viene realizando estudios sobre el uso de biocontroladores que permite a los agricultores responder de forma eficaz a la demanda de sus cultivos, ofreciendo productos con residuos

mínimos o nulos y facilitando el acceso a mercados internacionales que exigen certificaciones orgánicas o de buenas prácticas agrícolas (BPA).

En este sentido los estudios realizados representan el cambio de paradigma en la agricultura, considerando el cambio climático y la protección de la biodiversidad. “Nosotros incluso creamos en 2020 la primera empresa de base tecnológica de la UdeC, y nuestro propósito es resolver problemas fitosanitarios en cultivos y frutales a través del desarrollo, producción y comercialización de bioproductos, asesorías técnicas y ejecución de proyectos”, puntualizó el Dr. Moya quien también tuvo la oportunidad de conocer sitios emblemáticos como la Muralla China o el Templo Shaolin, además de asistir a actividades culturales y tradicionales en el país asiático.

Crítico escenario para esta emblemática y endémica especie marina de Chile

– Múltiples factores estarían ocasionando su posible extinción, entre ellos la existencia de metales pesados, microplásticos, sustancias sintéticas y contaminantes emergentes en su hábitat.

El Pingüino de Humboldt, especie endémica que habita exclusivamente en las costas de Chile y el norte de Perú, ha dado un salto alarmante en la escala de conservación: fue reclasificado de “Vulnerable” a “En Peligro de Extinción”. Esta drástica medida constituye una evidencia contundente del crítico estado de conservación que enfrenta la especie. No se trata solo de un cambio de categoría, sino de una verdadera señal de alerta que enciende las alarmas en la comunidad científica y resuena a nivel mundial, dada la magnitud del impacto ambiental que implica la posible pérdida de esta especie.

“En Chile, a fines de los años 90, la población se estimaba en alrededor de 45 mil individuos; hoy en día, son menos de 20 mil. Actualmente existen cuatro especies de pingüinos en peligro de extinción: el pingüino de Galápagos, el pingüino de la cresta erecta, el pingüino africano y, ahora, el pingüino de Humboldt”, comentó el Dr. José Celis Hidalgo, del Departamento de Ciencia Animal de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Concepción.

Amenazas para la especie

Según el experto, múltiples factores podrían estar desencadenando esta preocupante situación: la gripe aviar, la pesca comercial, que reduce la disponibilidad de alimento (pues esta especie se alimenta de calamares, jibia, peces y crustáceos, los cuales son afectados por la pesca indiscriminada), la pérdida de hábitat y los efectos del cambio climático, como por ejemplo el aluvión ocurrido en 2025, que impactó la zona costera del Parque Nacional Pan de Azúcar. A estos factores se suma la contaminación ambiental, la cual también puede estar contribuyendo a la disminución de la población. “La contaminación ambiental es otro de los factores a tener en cuenta al momento de evaluar la reducción del número de ejemplares del Pingüino de Humboldt”, explicó el Dr. Celis.

En este contexto, cobra relevancia el trabajo de investigación que, desde el año 2011, desarrollan investigadores de la Facultad de Agronomía y de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Concepción. Sus estudios se han enfocado en determinar

si uno de los factores que podrían afectar a esta especie es la contaminación ambiental. Entre los contaminantes evaluados se incluyen metales pesados, microplásticos, elementos de tierras raras, y sustancias perfluoradas.

En el caso particular de los metales pesados, es importante considerar que cerca del 80% de la población de pingüinos de Humboldt en la costa norte de Chile, podría estar siendo afectada por el creciente desarrollo de actividades mineras que alteran el ecosistema de esta especie marina. Al respecto, el Dr. Celis señaló que “en 2011 detectamos una fuerte amenaza por metales pesados que afectaba las colonias de Pan de Azúcar, Isla Chañaral e Isla Cachagua, donde identificamos una alta correlación de estos metales con porfirinas; las porfirinas son un biomarcador de exposición a contaminantes, lo cual reveló en ese estudio que la exposición a metales pesados podría provocar alteraciones bioquímicas que harían a los pingüinos de Humboldt más propensos a enfermedades o parasitismo”. Dicho estudio fue publicado en Environmental Monitoring and Assessment.

En la misma línea, el Dr. Winfred Espejo, del Departamento de Suelos y Recursos Naturales de la Facultad de Agronomía de la UdeC, manifestó que “durante el 2016 realizamos análisis de metales pesados en suelos de las zonas de anidación del pingüino de Humboldt, los cuales, en todos los casos, presentaron concentraciones mayores que las registradas en la zona de referencia, resultados que fueron publicados en la revista Latin American Journal of Aquatic Research. Cabe destacar que la investigación realizada con muestras del 2016 no mostró diferencias significativas; sin embargo, un estudio posterior con muestras obtenidas en 2023, en el que participó la estudiante de Agronomía Camila Espinoza Mendoza, evidenció una diferencia significativa en los niveles de plomo. Estos hallazgos podrían estar indicando un incremento en la exposición ambiental a este metal en los últimos años, posiblemente asociado a la intensificación de actividades mineras u otras fuentes de contaminación en la zona”.

Adicionalmente, el equipo de investigación ha detectado en pingüinos de Humboldt, en sus potenciales presas y en las zonas de anidación, la presencia de otros contaminantes ambientales emergentes. Entre ellos destacan las sustancias perfluoradas, compuestos de fabricación industrial utilizados en productos como el teflón empleado en utensilios de cocina, textiles (alfombras, ropa) y diversos materiales impermeables. Estas sustancias se están dispersando ampliamente en el ambiente, generando graves riesgos tanto para la fauna como para las personas, debido a su carácter cancerígeno y disruptor endocrino. “Detectamos la presencia de sustancias perfluoradas en potenciales presas, es decir, en el alimento del pingüino de Humboldt”, explicó el Dr. Celis. Estos resultados fueron publicados recientemente en la revista Marine Pollution Bulletin.

Otro grupo de contaminantes emergentes que se han investigado corresponde a los elementos de tierras raras, cuyo uso ha aumentado con el desarrollo de la tecnología moderna (celulares, tablets, notebooks, entre otros). En este sentido, el Dr. Espejo explicó que “las concentraciones de elementos de tierras raras cuantificadas en los suelos de

anidación del pingüino de Humboldt son mayores que en las áreas de referencia, aunque aún no se observan diferencias estadísticamente significativas. Es fundamental realizar una adecuada gestión ambiental para evitar que estos contaminantes emergentes se incrementen en los ecosistemas terrestres y marinos”.

El equipo también ha evaluado la presencia de microplásticos. “Recientemente, a través de la tesis del estudiante de Agronomía Alberto Tejeda, se evidenció la presencia de microplásticos en los suelos del área de anidación del pingüino de Humboldt, los cuales mostraron concentraciones mayores que las registradas en las áreas de referencia”, agregó el Dr. Espejo. Estos resultados están a la espera de ser publicados.

Finalmente, los expertos concordaron en que estos hallazgos evidencian que la crítica situación del pingüino de Humboldt es un claro reflejo de los efectos acumulativos de la actividad humana sobre los ecosistemas costeros. La presencia de metales pesados, contaminantes orgánicos persistentes, microplásticos y elementos de tierras raras en su entorno demuestra que las amenazas a la especie van más allá de los factores biológicos o climáticos, involucrando directamente la degradación ambiental. Frente a este escenario, la investigación científica se vuelve esencial para comprender el impacto real de estos contaminantes, y diseñar estrategias de mitigación efectivas. La conservación del pingüino de Humboldt no solo implica proteger a una especie emblemática, sino también resguardar la salud de los ecosistemas marinos y terrestres donde habitan, ya que incluso los efectos podrían llegar a afectar a los humanos.

 

Tres proyectos UdeC de investigación aplicada en áreas de la astronomía, la agronomía y el ámbito forestal resultaron seleccionados en esta línea de financiamiento, de un total de 11 otorgados en todo el país.

Once proyectos fueron adjudicados en la convocatoria 2025 del concurso Tecnologías Avanzadas de la subdirección de Investigación Aplicada de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID. Tres de ellos son encabezados por académicas y académicos de la Universidad de Concepción, uno de los cuales fue el único seleccionado para la macrozona centro sur, mientras que los otros dos son parte del listado general.

Esta línea de financiamiento busca apoyar proyectos de investigación aplicada y de desarrollo tecnológico con ciclos extensos para la validación de tecnologías. El resultado significa un aporte de casi $2 mil millones para la implementación de estas iniciativas, en un plazo de cuatro años.

Para el Director de Desarrollo e Innovación UdeC, Dr. Jorge Carpinelli Pavisich, estos resultados reflejan las altas capacidades científicas y tecnológicas que la Universidad de Concepción ha logrado consolidar. “Los tres proyectos adjudicados son una muestra concreta de cómo nuestra Universidad aborda problemáticas complejas con soluciones de frontera de impacto nacional y proyección global”

El directivo destacó además la variedad de las temáticas adjudicadas: “Desde el desarrollo de nuevas variedades vegetales mejoradas para la producción de vinos, capaces de adaptarse al cambio climático y fortalecer una de nuestras industrias más emblemáticas; pasando por un modelo hidrológico nacional que permitirá proyectar la disponibilidad y gestión del agua hasta el año 2100, aportando a la sustentabilidad y a la planificación de políticas públicas; hasta la creación de tecnología microelectrónica avanzada para la observación astronómica, que posiciona a Chile no sólo como observador, sino también como desarrollador de la tecnología que permite explorar el universo”.

Los proyectos UdeC adjudicados en esta línea de financiamiento público y sus respectivas/os directores/as son:

“Agradecemos y reconocemos la labor de las y los investigadores que lideran estas iniciativas, y asumimos con rigor y responsabilidad el desafío de seguir fortaleciendo la ciencia y la tecnología al servicio del bienestar y la competitividad de Chile”, señaló el Dr. Carpinelli.

Mejorando el vino en contexto de cambio climático

La propuesta liderada por la Dra. Claudia Muñoz obtuvo el mejor puntaje a nivel nacional. Se trata del desarrollo de una plataforma genómica que permita mejorar la calidad de los vinos en términos de características sensoriales y estabilidad, entre otros factores altamente valorados por la industria vitivinícola y el mercado internacional.

“Hemos trabajado en colaboración con colegas científicos, incluyendo colaboración con la Viña Concha y Toro y esperamos, con este proyecto, desarrollar estrategias avanzadas de edición génica, que mejoren la calidad del vino y permitan la generación de nuevas variedades de vid con características superiores”, explica.

La académica del Departamento de Producción Vegetal indicó que estas características de la calidad de los vinos están determinadas por la presencia y acción de los compuestos polifenólicos que afectan profundamente sus propiedades. “Además, en el actual escenario de cambio climático, las variables ambientales alteran la fisiología de la vid y las condiciones de producción de las parras”, por lo que “causarán cambios en la cosecha, la composición, el estilo y la calidad del vino, afectando la sostenibilidad de la vitivinicultura”, señaló.

La investigadora destacó que esta pionera plataforma espera impactar positivamente, tanto en términos de formación de capital humano como de colaboración internacional. “Al ser el vino una de las bebidas más consumidas a nivel global, tiene características que la harán interesante también para otros países”, indicó, agregando que espera en el marco de la iniciativa trabajar de forma interdisciplinaria con las y los investigadores de las demás instituciones beneficiarias, esto es, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) La Platina, al Centro de Biotecnología Vegetal de la Universidad Andrés Bello y a la Viña Concha y Toro.

 

Fuente: VRID UdeC

En un ambiente de gran fraternidad y alegría, la generación 1973 de la Escuela de Agronomía de la Universidad de Concepción se reunió el pasado viernes 4 de octubre en el Fundo “La Escoba” de Coihueco, propiedad del ingeniero agrónomo Julián Aravena Palma, quien fue el anfitrión de esta memorable jornada.

La actividad, que se extendió desde las 11:00 hasta las 21:00 horas, reunió a colegas provenientes de distintas regiones del país, además de contar con la participación especial de Isaac Maldonado, ex Director de INIA Quilamapu, y Celerino Quezada, ex académico de la Facultad de Agronomía UdeC.

El encuentro fue una oportunidad para revivir recuerdos universitarios, compartir anécdotas, experiencias profesionales y personales, así como rendir homenaje a los compañeros y docentes que ya no están presentes. No faltaron las conversaciones sobre los desafíos del sector agrícola, los avances en la profesión y las distintas trayectorias que cada uno ha seguido desde su formación en la Universidad de Concepción.

Con especial emoción, los asistentes destacaron el reencuentro con Ricardo Torres y las dos integrantes femeninas de la generación, Nora Aedo y María Teresa Murillo, quienes viajaron desde Santiago para sumarse a la celebración. También se recordó con afecto a quienes no pudieron participar, entre ellos Jorge Quezada, Juan Valenzuela y un colega de Copiapó, a quien todos manifestaron su deseo de visitar próximamente.

El anfitrión, Julián Aravena, fue ampliamente reconocido por su hospitalidad y dedicación, ofreciendo un ambiente cálido y acogedor, con excelente comida, vinos, postres y el tradicional asado que no podía faltar en un encuentro de agrónomos.

Durante la jornada, los asistentes realizaron un recorrido por las instalaciones y huertos del predio, finalizando la reunión con la satisfacción de haber renovado lazos y reafirmado el espíritu de compañerismo que caracteriza a los egresados con sello UdeC.

FOTO: (de izquierda a derecha) Isaac Maldonado, Corina Araneda, Patricio Mellado, Pedro Gajardo, Julián Aravena, María T. Murillo, Víctor Cárcamo, Carlos Ruiz, Luis Vásquez, Carlos Smith, Nora Aedo. Abajo: Ricardo Torres, Gastón Rojas y Álvaro Vega.

El doctor Marco Sandoval, advierte que 60% de los suelos de Chile están degradados, pero es un problema infravalorado. El sustento para la vida, cultivos, alimentos y economías tiene una resiliencia que le permite seguir funcionamiento, aunque con la intervención humana, incendios y eventos extremos se erosiona y daña su calidad y roles como demuestra la evidencia. Recuperar, mejorar y conservar es un reto urgente para asegurar el desarrollo y bienestar local.

Sustento esencial para la vida, sin excepción.

El suelo tiene una compleja composición de la que, aunque se hace invisible a nuestros ojos, se depende vitalmente para preservar la biodiversidad y la humanidad de muchas formas. Desde soportar las muy diversas plantas que producen el oxígeno que necesitamos para respirar en el planeta y pueden ser fuente de alimentos, materias primas y economías, hasta retener agua y participar del ciclo de carbono.

En efecto “la degradación del suelo es unos de los daños ambientales más graves que enfrenta el país, y por la resiliencia de nuestros suelos no se visibiliza como debería”, sostiene el doctor Marco Sandoval, director del Departamento de Suelos y Recursos Naturales de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción (UdeC).

Los estudios indican que cerca del 60% de los suelos en Chile tienen algún grado de erosión y degradación por distintas causas, expone. Y cada vez la situación empeora por esa interacción multicausal.

Al detenerse en Biobío, donde el suelo sustenta relevantes actividades forestales y agropecuarias, y la zona centro-sur y sur, advierte que los incendios forestales que devastan miles de hectáreas cada temporada estival degradan significativamente los suelos, y que luego las intensas lluvias de los meses invernales intensificaron la erosión.
Aunque sus funciones ecológicas y productivas siguen cumpliéndose normal a vista de la población general, pero no para especialistas como Sandoval que investigan para comprender y abordar la problemática, generando evidencias en distintas materias que impulsan a tomar decisiones y acciones urgentes para recuperar y preservar nuestros suelos, y así asegurar el desarrollo económico, seguridad alimentaria y bienestar social.

Un desafío local que se enmarca en uno global, en todo el planeta hay gran degradación, razón por la que cada 7 de julio se conmemora el Día Internacional de la Conservación del Suelo.

Grave impacto humano

“Nuestra especie es la mayor responsable de la destrucción del suelo”, afirma el doctor Sandoval.

Y es que pueden alterar y dañar nuestros suelos los eventos extremos como olas de calor, heladas, sequías, lluvias intensas e inundaciones que ocurren naturalmente, y cuya ocurrencia está aumentando en frecuencia e intensidad por el cambio climático, aumentando el riesgo y avance de la erosión y degradación.

Pero, las actividades e intervenciones humanas son las que impactan de forma directa: cambio en el uso de suelo, malas prácticas agrícolas como agricultura intensiva y uso de productos químicos sobre los cultivos, incendios forestales (accidentales y también muchas veces intencionales), tala de bosques y urbanización.

“Suelos degradados están relacionados con la pobreza y la mala nutrición de la población”

Con la degradación se ponen en riesgo la calidad y funciones vitales del suelo que repercuten en distintas aristas que terminan por amenazar el bienestar de territorios y comunidades. “Los suelos degradados están estrechamente relacionados con la pobreza y la mala nutrición de la población”, advierte el doctor Marco Sandoval.

Y es que resalta que provisión y calidad del agua que se bebe y usa para varias actividades esenciales a nivel doméstico y productivo, del aire que todos respiramos, y de los alimentos que consumimos, dependen de la función y la calidad que tengan nuestros suelos. Por ende “la calidad del suelo repercute en nuestra salud”, asevera.

Entonces, la erosión y degradación de este sustento vital desfavorece la conservación y provisión del agua, también la calidad y capacidad productiva de ecosistemas y cultivos, lo que se traduce en encarecer la producción y venta de alimentos o materias primas, además de limitar las alternativas y hasta afectar el suministro de ciertos productos y nutrientes.

La magnitud de las repercusiones empeora con el avance del fenómeno. “Se puede llegar a una pérdida de todas las propiedades del suelo, lo cual genera una pérdida de la biodiversidad que este sistema sostiene”, asegura el investigador.

El reto de conservar los suelos

Recuperar y conservar los suelos es un reto complejo, pero posible, y sobre todo esencial.

Las estrategias integrales son clave; se debe trabajar en mejorar directamente las actividades y causas humanas, y gestionar el riesgo y aumentar la resiliencia para afrontar el cambio climático e inevitables eventos meteorológicos extremos.

Sandoval asegura que la ciencia ha generado conocimientos y soluciones concretas y efectivas para enfrentar diversas situaciones específicas y están disponibles para su uso e impacto, desde tecnologías hasta modelos de manejo de recursos y estrategias para recuperar y mejorar suelos.

En ese aspecto está su propio desafío científico, parte de distintas líneas de investigación que se desarrollan en el estamento que lidera por distintos grupos y laboratorios. Por ejemplo, abordan y generan evidencias de efectos de incendios y recuperación de suelos; rehabilitación de suelos afectados por degradación, aplicación de materiales orgánicos y uso de agricultura regenerativa; y estudios sobre la relación entre la salud del suelo con la humana y planetaria.

El impacto real vendrá cuando las evidencias y soluciones que provee la ciencia se utilicen de forma masiva y sostenida. En ello, el investigador releva como crucial el poder generar convenios que permitan transferir todo el conocimiento científico, tecnologías e innovaciones que se han generado a los actores competentes, y así hay responsabilidad de considerar e impulsar cambios en organismos que toman decisiones, generan políticas públicas y administran recursos.

Ante ello, como los mayores retos de Chile en esta materia menciona “aprobar la ley de suelo que espera por años, y educar y preparase para eventos que causan degradación en los suelos”.

¿Qué es el suelo?

“Un sistema abierto, jerárquico, complejo y dinámico capaz de sostener ecosistemas terrestres naturales y/o productivos con manejos de mantención o sustentable”, define el doctor Marco Sandoval al suelo.

Esta concepción resulta de una evolución y profundización en la compresión de lo que es el suelo en su amplia complejidad.

El académico de la UdeC explica que en el suelo hay una relación entre distintos sistemas (físico, químico y biológico), componiéndose de materia orgánica e inorgánica, elementos como agua y organismos vivos como una gran diversidad de microorganismos, hasta las plantas que soporta, mientras éstas soportan otras funciones vitales.

Desde allí hay una diversidad de características en su composición que dan vida a diversos tipos de suelo, así también varían calidades y capacidades.

“Las características de un suelo están dadas por su material geológico, que a su vez se ve afectado por el clima y la vegetación”, precisa Sandoval. “Hoy la investigación nos permite incorporar los aspectos antropogénicos mayormente en la destrucción del suelo y en menor medida la construcción de suelo”, añade.

Y aclara que según la clasificación USDA a nivel mundial existen 12 órdenes de suelos, dentro de cada orden familias y subfamilias, llegando hasta las series de suelo que en una región pueden ser muy numerosas. Así que en Chile hay varios tipos de suelo, y varios sustenta a la Región del Biobío.

En este sentido, el investigador explica que acorde al tipo de suelo, su formación y otros factores, se definen características diferenciadoras entre estos. Por ejemplo hay diferentes proporciones de arena, limo y arcilla; profundidad, materia orgánica, capacidad de almacenar agua disponible para plantas, estabilidad de la organización estructural.

Según ello varían las capacidades y resiliencia del suelo, lo que es clave para valorar riesgos e impactos de distintos factores de erosión y destrucción, e incluso para diseñar estrategias de adaptación al cambio global. “De hecho, suelos más profundos, con mayor capacidad de almacenar agua y mayores contenidos de materia orgánica, permitirán enfrentar el cambio climático y procesos productivos de mejor manera”, afirma.

“De ahí la necesidad de mantener y generar prácticas amigables con el suelo, esto está íntimamente relacionado con el concepto de salud del suelo que se relaciona de manera directa con la salud humana y del planeta”, cierra.

 

Creditos: Natalia Quiero / Diario Concepción Ver nota original

En el marco del Día Mundial de la Abeja, que se conmemora el 20 de mayo desde 2018, la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, campus Chillán, anuncia la puesta en marcha de NeuroBeeLab, una nueva unidad de investigación que busca fortalecer el estudio de las abejas desde una perspectiva neurocientífica.

Este laboratorio se constituye como una respuesta concreta a más de 15 años de investigación en sanidad apícola liderada por la Dra. Marisol Vargas, quien ha impulsado diversos proyectos FONDECYT dedicados al entendimiento de las enfermedades virales que afectan a las abejas melíferas en Chile.  El actual proyecto FONDECYT N.º 1241194: “Understanding the relationship between physiological and neurological function in honeybees infected with Deformed Wing Virus variant a (DWV-A) and the impact on brain genomic regulation and behavioral response”, ha sido fundamental para sentar las bases de NeuroBeeLab, permitiendo consolidar esta nueva unidad de investigación con una visión integradora entre la neurociencia, la virología y la biología molecular aplicada a polinizadores.

“NeuroBeeLab se enfoca principalmente en investigar los efectos que las infecciones virales—como el virus de las alas deformadas (DWV)—y el estrés ambiental generan sobre el sistema nervioso de las abejas, con el objetivo de aportar conocimiento clave para la conservación de estos importantes polinizadores y la seguridad alimentaria del país”, explicó la docente.

El equipo del laboratorio está compuesto por la Dra. Marisol Vargas (directora), la Dra. Yazmín Fuentes (viróloga), la Dra. Ximena Sepúlveda (investigadora colaboradora) y el estudiante de doctorado Diego Silva, ingeniero en biotecnología vegetal, M. Cs., quien centra su tesis en el estudio de la neurobiología de abejas infectadas por virus, integrando técnicas de biología molecular, bioinformática y ensayos de comportamiento.

En el marco de la creación de este laboratorio, se han consolidado alianzas internacionales estratégicas con instituciones de excelencia como el Laboratorio de Neurobiología de Insectos de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina) y el Instituto de Neurociencia del Principado de Asturias (INEUROPA), España, que han contribuido significativamente en la formación de jóvenes investigadores, como es el caso de Diego Silva, quien desarrolla parte de su tesis doctoral en colaboración con estos centros.

La creación de NeuroBeeLab no solo fortalece las capacidades de investigación de la Universidad de Concepción, sino que también la posiciona como un referente en el estudio de la salud y neurobiología de las abejas en Chile.

“Este laboratorio es un paso importante para comprender de manera integral cómo las abejas responden a las presiones del entorno, y cómo podemos contribuir, desde la ciencia, a su conservación y bienestar”, destacó la Dra. Marisol Vargas.

El dr. Winfred Espejo Contreras, académico de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, se adjudicó recientemente el proyecto “Implementación de estrategias lúdicas interactivas, gamificación, para potenciar el aprendizaje de técnicas instrumentales de Química Analítica en estudiantes de pregrado de la carrera de Agronomía”, en el marco de los Fondos I3D: Docencia que innova, investiga e impacta. Estos fondos apoyan proyectos educativos que buscan mejorar las prácticas pedagógicas y la calidad del aprendizaje.

El objetivo del proyecto es mejorar la comprensión y retención de conceptos fundamentales de espectrometría atómica, espectroscopía molecular y técnicas cromatográficas, a través de actividades lúdicas en el contexto agronómico. Esta propuesta busca facilitar la comprensión de contenidos complejos, fomentar la motivación y mejorar la experiencia formativa del estudiantado a través de dinámicas lúdicas y colaborativas. En este sentido, el dr. Espejo destacó que, «la incorporación de metodologías activas como la gamificación permite que las y los estudiantes se involucren de manera más significativa en su proceso de aprendizaje, promoviendo no solo la adquisición de conocimientos técnicos, sino también habilidades como el trabajo en equipo, el pensamiento crítico y la creatividad, esenciales para su formación como futuros profesionales”.

El proyecto cuenta con la colaboración de la Dra. Verónica López-López, académica de la Oficina de Educación Medico Veterinaria, Facultad de Ciencias Veterinarias, quien contribuirá al diseño metodológico y evaluación del impacto. «La colaboración interfacultades enriquece significativamente las propuestas formativas. Agradezco la invitación del profesor Espejo a participar de este proyecto, que une lo técnico, lo pedagógico y lo emocional, creando experiencias significativas y sostenibles», señaló la dra. López-López.

Dentro del equipo del proyecto se encuentra también la alumna ayudante Camila Espinoza quien colaborará en la adaptación de materiales didácticos. «Como estudiante me parece una experiencia muy enriquecedora porque implica un acercamiento a un área diferente, ya que uno como estudiante está expectante de la labor de los profesores y ahora estoy desde esa vereda, viendo cómo ellos trabajan, lo que es muy inspirador para mi sobre todo porque me permitirá ahondar en un ámbito que en el futuro me gustaría trabajar como es la docencia y la investigación».

Con esta iniciativa, la Facultad de Agronomía de la UdeC reafirma su compromiso con una docencia de calidad y transformadora, donde el aprendizaje no solo se entiende como transmisión de contenidos, sino como una experiencia dinámica, creativa y

significativa. “Al integrar la gamificación y la colaboración interdisciplinaria, este proyecto marca un hito en la forma de enseñar química analítica en agronomía, posicionando a sus estudiantes como protagonistas activos de su formación y sembrando las bases para una nueva generación de profesionales innovadores, críticos y comprometidos con los desafíos del futuro”, puntualizó el dr. Espejo.

Temas como la calidad del agua de riego y su relación con la salud planetaria, manejo del agua en cultivos hortícolas, tratamiento de aguas grises como herramienta para aumentar la disponibilidad del agua en el agro, aplicación de modelos de simulación de rendimiento, modelos ecofisiológicos y variabilidad del requerimiento por el cambio de uso de suelo aplicado a distribución de riego en sistemas comunitarios, serán los temas que se abordarán, en el seminario: “Manejo del Riego en la Agricultura”, que organiza el Departamento de Suelos y Recursos Naturales el Doctorado en Ciencias de la Agronomía y el Magíster en Ciencias Agronómicas de la Facultad de Agronomía.

Sobre la importancia de la jornada, el académico y coordinador la jornada, Dr. Walter Valdivia manifestó que, “el cambio climático y la escasez de agua son desafíos urgentes que afectan la producción agrícola a nivel global y, en particular, en nuestro país. La disminución en la disponibilidad de agua impacta directamente la productividad de los cultivos, la calidad del suelo y la sostenibilidad de los sistemas agrícolas. Es por ello que, desde la academia, buscamos generar espacios de discusión y transferencia de conocimiento que contribuyan a la toma de decisiones informadas y al desarrollo de estrategias innovadoras para un manejo más eficiente del recurso hídrico”.

Este evento reunirá a expertos nacionales e internacionales para abordar diversas estrategias y herramientas que pueden contribuir a mitigar los efectos del déficit hídrico en la agricultura.

“Si bien estas temáticas nos brindan herramientas para enfrentar el presente, los desafíos futuros siguen siendo considerables. Es crucial continuar con la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías que permitan optimizar el uso del agua en la agricultura. Además, debemos fortalecer la educación y la capacitación en estos temas para que tanto los futuros profesionales del agro como los productores puedan implementar soluciones efectivas en sus sistemas productivos. La colaboración entre la academia, el sector productivo y las instituciones gubernamentales será clave para construir una agricultura resiliente y sustentable frente a los desafíos que impone el cambio climático”, puntualizó el Dr. Valdivia, quien también es el encargado del Laboratorio de Manejo del Riego del Departamento de Suelos y Recursos Naturales de Agronomía UdeC.

El seminario está dirigido tanto a estudiantes de agronomía como a agricultores y profesionales del área, quienes podrán conocer de primera fuente las investigaciones y avances tecnológicos que están surgiendo en el ámbito académico para enfrentar la crisis hídrica.

La jornada se llevará a cabo en la Sala N° 3 del edificio de Postgrado de la Facultad de Agronomía en el Campus Chillán, desde las 09.00 horas del próximo miércoles 19 de marzo. Interesados en participar pueden inscribirse en el siguiente enlace:

Inscripciones aquí

El estudiante de pregado de la carrera en Concepción, Benjamín Tecas, se encuentra realizando una pasantía en la Universidad de California, Estados Unidos, donde está realizando diversas tareas que se focalizan en el Kearney Agricultural Research.

Sobre sus quehaceres, Benjamín detalló que, “en el centro de investigación nos enfocamos en la identificación, manejo y control de enfermedades que afectan a los cultivos agrícolas de la zona, principalmente frutos secos, como pistacheros, almendros, nogales, etc. De igual manera, llegan muestras de otros cultivos como naranjos, mandarinos, ciruelos, vides, entre otros. El centro tiene un estrecho vínculo con los productores ya que las muestras que llegan para ser analizadas sirven para ampliar a su vez la base de datos de patógenos y ayudar a los productores. Por mi parte, principalmente me ha tocado ser asistente de laboratorio para la mayoría de los procesos que se hacen acá, como: uso de técnicas moleculares como PCR, qPCR, electroforesis o convencionales, tales como medios de cultivo, subcultivos, aislamientos, técnicas de inoculación, extracción de metabólicos secundarios (aflatoxinas y ocratoxinas), técnica analítica HPLC, esterilización de materiales y productos, poda y extracción de muestras dentro del centro de investigación”.

Según lo expresado por Benjamín, actualmente se encuentran investigando principalmente las aflatoxinas (B1,B2,G1,G2) generadas por Aspergillus flavus y Aspergillus parasiticus, las cuales son micotoxinas carcinogenicas presentes en pistachos, almendras, maíz y maní.  “Uno de los enfoques de nuestra investigación es encontrar formas de combatir estas toxinas mediante el uso de controladores biológicos, como Aflaguard y AF36, que son cepas de la misma especie de Aspergillus, pero que no producen aflatoxinas”.

Esta oportunidad que permitirá a Benjamín titularse como agrónomo fue valorada por el estudiante. “Esta pasantía ha enriquecido mis conocimientos y ha fortalecido mi motivación por seguir aprendiendo día a día. El recibimiento y las enseñanzas que he recibido por parte de todos en el centro de investigación durante mis primeras semanas han sido muy gratificantes. El equipo del laboratorio del Doctor Themis Michailides me ha alentado constantemente a superarme y al mismo tiempo a recordarme que el error es una parte fundamental del aprendizaje. Poder realizar esta pasantía como parte de mi proceso de titulación es una oportunidad única que nunca pensé que ocurriría, pero que constantemente pasaba por mi mente. Desde que comencé mi carrera, tenía el interés de trabajar en un laboratorio, pero nunca imaginé que lo haría tan lejos de mi casa, a casi 10,000 kilómetros de distancia”, puntualizó.

Este fruto, símbolo de la zona patagónica, tiene compuestos con propiedades antioxidantes, de gran interés científico, porque se relaciona con la prevención o retardo de la oxidación celular, que es la causa del envejecimiento y otras enfermedades.

Reconocidos por sus propiedades antioxidantes, los frutos rojos o berries se han convertido en un alimento de consumo habitual en un contexto de interés creciente por productos naturales y saludables.

Las frutillas, las frambuesas y los arándanos lideran la lista de los favoritos, siendo el último el más apetecido -y el de mayor crecimiento en el mercado- por su alto contenido de antioxidantes, vitaminas y fibra.

Pero distintos estudios han puesto los ojos en las bondades de bayas nativas como el maqui o el calafate por sus concentraciones de compuestos bioactivos incluso mayores que los berries más consumidos.

Entre ellos destacan los antocianos, polifenoles que tienen una alta capacidad antioxidante, explica la académica de la Facultad de Agronomía, Dra. María Dolores López Belchí.

Esta propiedad antioxidante, de gran interés científico, está relacionada con la prevención o retardo de la oxidación celular, que es la causa del envejecimiento y otras enfermedades.

Crédito: Cedida.

La Dra. en Química patentó este año una formulación alimenticia en polvo con extracto de calafate y cítricos, junto a la graduada del Doctorado en Ciencias de la Agronomía, María Romero Román, y la investigadora del CEBAS-CSIC de España, Cristina García Vigueras.

La patente es resultado de investigaciones previas en las que la especialista ha estudiado las características de los fitoquímicos de estas frutas -y de otros vegetales- además de evaluar la actividad biológica de sus extractos.

La académica recuerda que el calafate es un arbusto que crece de manera silvestre y que son pocos los sitios en los que se puede encontrar domesticado, “aunque hay un huerto en Chillán, en la Universidad Adventista, que siempre nos abre las puertas para trabajar con ellos”.

Como parte de un proyecto Fondecyt Regular dirigido por la Dra. López, se hizo una investigación del fruto en ambiente silvestre. La entonces estudiante de doctorado, María Romero, desarrolló su tesis en torno a la producción de calafate en condiciones naturales y los efectos de los factores ambientales en la síntesis de sus compuestos bioactivos.

En el estudio también se hicieron algunas evaluaciones de los compuestos para determinar sus propiedades bioactivas en colaboración con la Facultad de Ciencias Biológicas, donde a través de ensayos celulares se observó un potencial neuroprotector de los antioxidantes que contiene el fruto de calafate.

Crédito: Fotografiando Magallanes.

 

“Luego, la tesis fue derivando en otras ideas también por la colaboración con la Dra. García-Viguera de España, donde tienen mucha experiencia en el tema de las bebidas funcionales a base de berries, enriquecidas con compuestos saludables, que tengan impacto en la salud”, cuenta la Dra. López.

De este modo, decidieron incorporar un matiz práctico en la investigación, con el diseño de una bebida experimental de calafate, que es la base de esta patente.

“Trabajamos en hacer un producto que fuera atractivo, pero que además realmente tuviera impacto en la salud, que su consumo fuera positivo, y nos quedó una bebida muy interesante en color y propiedades organolépticas”, detalla la experta en técnicas de encapsulado de ingredientes bioactivos.

La formulación incluye extractos de cítricos para estabilizar los compuestos fenólicos y evitar que pierdan color y funcionalidad, ya que -explica- se degradan rápidamente.

Crédito: Cedida.

“La bebida está patentada y lista para licenciar y ha sido pensada principalmente para la industria agroalimentaria. Podría ser un producto bastante interesante para bebidas y jugos”, comenta la investigadora, señalando que, eventualmente, podría tener otras aplicaciones.

Este tipo de estudios dan cuenta del potencial de recursos naturales como el calafate, una especie que, si bien crece en distintos puntos del país, es un símbolo de las tierras patagónicas, tanto chilenas como argentinas.

Por: Jeannette Valenzuela Mella

 

Skip to content