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Un artículo de un equipo de investigación de la Universidad de Concepción, publicado en la revista Insects, revela cómo el Virus de las Alas Deformadas (DWV por su sigla en inglés) en su variante A, además causar lesiones físicas evidentes, afecta una de las labores cruciales de las abejas dentro de la colmena: el cuidado de las crías y la responsabilidad de las nodrizas.

Las abejas melíferas (Apis mellifera L.) son fundamentales para la agricultura y la producción de alimentos, por su rol en la polinización, proceso esencial para el desarrollo de muchos cultivos.

Por esta razón, un grupo de especialistas de la Facultad de Agronomía de la UdeC, liderado por la Dra. Marisol Vargas Concha, lleva más de 15 años estudiando la salud de las abejas y los patógenos que las afectan, en particular los de etiología viral, como es el caso del virus de las alas deformadas.

El DWV es uno de los patógenos más importantes en la abeja melífera y está presente en más del 52% de todas las colonias de estos insectos en el mundo. Este virus causa malformaciones de las alas, inmunosupresión, mortalidad temprana, cambios en el comportamiento, pérdida de memoria y problemas de aprendizaje, entre otros, señaló la Dra. Vargas.

En ensayos realizados en los Laboratorios de Sanidad Apícola y Virología, los investigadores demostraron que nodrizas infectadas con altos niveles de la variante A del virus (DWV-A) -detectada en sus antenas- disminuyen su preferencia por aromas que son relevantes para el normal desarrollo de la colmena.

Esto, explica el artículo, altera los comportamientos de las nodrizas, obreras jóvenes que son las responsables de cuidar y alimentar a la reina y a las crías.

Las feromonas

Cuando las crías requieren ser atendidas por las nodrizas -por ejemplo, cuando necesitan alimento- emiten una feromona de alarma, para que las nodrizas las atiendan.

Las nodrizas perciben esta feromona principalmente en su sistema olfativo periférico, es decir, las antenas, y socorren a las crías.

El olfato juega un rol esencial en la sociabilidad de este insecto dentro y fuera de la colmena.  El cuidado de las crías, además de la búsqueda de alimento, la mantención y limpieza de la colmena, entre otras actividades, están moduladas por este sentido.

Las antenas tienen un rol fundamental en las abejas, por cuanto allí reside gran parte de su sistema sensorial periférico, que es donde se procesan las señales olfativas, entre otras.

“En las abejas, como en otros insectos, participan diversas proteínas de unión a odorantes (OBPs), que les permiten identificar y reconocer los aromas de su entorno. La información sensorial obtenida a través del olfato se analiza e interpreta en el cerebro, lo que permite el correcto funcionamiento del insecto”, explicó la investigadora.

 

El equipo – integrado también por los investigadores Diego Silva Vásquez y Nelson Zapata San Martín– evaluó la respuesta conductual, expresión de genes codificantes para OBPs específicas de las antenas, así como de genes neuronales presinápticos y postsinápticos, que modulan el comportamiento de las abejas, siempre con foco en las nodrizas.

Cambios conductuales

Los especialistas descubrieron que altos niveles de DWV-A comprometen el funcionamiento del olfato y el procesamiento de la información periférica, alterando los comportamientos de las abejas nodrizas, relacionados con la preferencia de los aromas de la colmena.

En particular, observaron una disminución de la respuesta de las obreras jóvenes a componentes de las feromonas de alarma de las crías.

Las feromonas son sustancias químicas relevantes para la comunicación entre las abejas. “De este modo, la alteración de la conducta de las nodrizas observada en el estudio, sería como si una madre no escuchara los requerimientos o el llamado de su bebé”, apuntó la académica.

“Las nodrizas infectadas con el virus, no solo fallarían en reconocer las señales de las crías que requieren atención, sino que también podrían dejar de cumplir otras tareas importantes dentro de la colmena, debilitando la cohesión social y funcional de la colonia”, agregó.

La supervivencia de las abejas a nivel individual y de colonia podrían verse seriamente afectadas por estos cambios conductuales.

Detección temprana

La Dra. Vargas comenta que en el caso de DWV el monitoreo, detección temprana y la prevención deben ser fortalecidos, porque este virus puede estar presente en la colmena sin presentar síntomas visibles, dificultando su identificación.

Por otro lado, se sabe que la situación se agrava cuando confluyen factores de estrés, como la presencia del ácaro Varroa destructor, la escasez de alimento o condiciones ambientales adversas, lo que puede desencadenar en altos niveles del virus y mortalidad de las colmenas.

Estos hallazgos ayudan a comprender mejor cómo ciertos virus afectan tanto la fisiología de las abejas como la organización social de las colmenas, y ponen el acento en la necesidad de monitorear la salud de estos insectos, desarrollar estrategias de control del DWV y prácticas apícolas que fortalezcan la resiliencia de las colonias frente a infecciones virales emergentes.

Este estudio se llevó a cabo en el marco del proyecto Fondecyt Regular 1241994  “Comprendiendo la relación entre la función fisiológica y neurológica en abejas infectadas con DWV-A y el impacto en la regulación genómica del cerebro y la respuesta conductual”, liderado por la Dra. Vargas.

 

Por Jeannette Valenzuela Mella

Como integrante de la Comisión Científica de Apimondia 2023, que es la Organización Internacional de Asociaciones de Apicultura que reúne a los científicos, especialistas y apicultores de todo el mundo, fue invitada a la ceremonia de lanzamiento oficial de Apimondia 2023, la académica del Departamento de Producción Vegetal de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, Dra. Marisol Vargas Concha.

Esta ceremonia se desarrolló recientemente en el Centro de la Cultura Anahuac, en el Parque Metropolitano de Santiago, donde asistió el Ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, el presidente de Apimondia Jeff Pettis; el director nacional de INDAP, Santiago Rojas, la directora general (s) de ProChile, Paulina Valderrama, la directora de INIA Chile, Iris Lobos, el subsecretario de Agricultura José Guajardo Reyes, el representante de IICA en Chile, Hernán Chiriboga, junto a diversas personalidades y apicultores del país.

“Yo fui invitada a integrar la Comisión Científica, para aportar en las temáticas que tienen que ver con la sanidad en apicultura y es un gran honor haber sido invitada, ya que Apimondia, además de estar conformado por apicultores, que son realmente los protagonistas de la actividad, tiene una actividad muy importante a nivel científico”, explicó la Dra. Marisol Vargas, quien además destacó la importancia que desde el ámbito de la ciencia se aborde la sanidad apícola. “Tener abejas sanas es vital para los(as) apicultores(as), ya que así podrán brindar los servicios de polinización que la agricultura requiere y, además, obtener los rendimientos de miel y otros productos de la colmena, y de esta forma hacer económicamente rentable esta actividad”.

Como especialista en el mundo apícola, la Dra. Vargas puso énfasis en la importancia de traspasar los conocimientos generados a los(as) apicultores(as). “Apimondia es una excelente oportunidad para que la investigación generada por la comunidad científica, además de ser compartida entre investigadores de excelencia del mundo, sea transmitida a las y los apicultores”.

Finalmente, la experta agregó que, “esperamos que los estudiantes de nuestra Facultad estén presentes en este importante evento. En nuestra Facultad hemos desarrollado una línea muy fuerte de estudios en sanidad apícola, entonces, esperamos que nuestros estudiantes de pre y postgrado, estén presentes en el 48° Congreso Internacional Apimondia Chile 2023, que se realizará entre el 4 y 9 de septiembre de 2023 y cuyo lema es “APIMONDIA CHILE 2023 – Por una Apicultura Sostenible – Desde el Sur del Mundo”.

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