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Nuevos materiales podrían suplir uso de fertilizantes en la agricultura

Por estos días, el Dr. Juan Carlos Sánchez Hernández, académico de la Facultad de Ciencias
Ambientales y Bioquímica de la Universidad de Castilla-La Mancha de Toledo (España) está
terminando en el Campus Chillán de la Universidad de Concepción, UdeC, la segunda de las estadías
correspondientes a un proyecto ANID (PCI/ MEC80190011) liderado por el Dr. Marco Sandoval
Estrada, del Departamento de Suelos y Recursos Naturales de la Facultad de Agronomía de la UdeC.
“Mi carrera científica”, detalla Sánchez, “la he desarrollado entre varios países y debo incluir
también en Chile, ya que en los años finales de los años ‘90 estuve haciendo alguna que otra
pasantía por acá y luego, en Italia, y últimamente en Estados Unidos, Australia y Francia”.
“En mi facultad, imparto asignaturas como fisiología animal o toxicología ambiental tenemos un
laboratorio de ecotoxicología y nos dedicamos sobre todo a evaluar o estudiar el impacto de
contaminantes orgánicos, fundamentalmente en el suelo, en el ambiente terrestre, lo que ha
derivado a buscar herramientas para la recuperación de suelos degradados o suelos contaminados”.
Con esta trayectoria previa es que surge la colaboración del investigador español con sus colegas de
la UdeC y han podido obtener financiamiento permanente durante los últimos años a través de un
proyecto de atracción de capital humano de la ANID, dirigido por académica UdeC, Dra. Cristina
Muñoz Vargas. “Estamos realizando los estudios de forma multi-continental”, explica Sánchez y
destaca que éste “fue un proyecto bien evaluado, alcanzamos la máxima puntuación, además por la
temática, porque es de rabiosa actualidad a nivel global, que es el uso de fertilizantes ricos en
carbono, para inyectar el carbono orgánico al suelo, sobre todo en suelos que son degradados, que
pues por múltiples factores de estrés ambiental como el cambio climático”.
El experto enfatiza que algunos de los resultados del estudio podrían llegar a ser patentados. “A
partir de múltiples residuos orgánicos, y aquí viene la innovación del proyecto, podemos generar una
nueva estrategia de gestión de plástico”.
El desafío científico, en este sentido, es, explica Sánchez es “mejorar calidad del bio-carbón, a partir
de una mezcla de biomasa y residuos plásticos con importantes efectos en la física del suelo”.
El Dr. Sandoval, agrega que otro de los objetivos de esta colaboración internacional es fortalecer el
equipo de trabajo a nivel, sobre todo de postgrado, evidentemente favoreciendo también al
pregrado. Y efectivamente, ya con estas estadías que ha ido haciendo el Dr. Sánchez, los contactos
que mantenemos permanentemente con él desde España a Chile se ha logrado primero adjudicar un
proyecto y estudiantes de postgrado han colaborado con nosotros avanzando en sus temas de
investigación y en las publicaciones que se les exige y se proyecta que puedan realizar estadía
colaborando con Juan en España hacia fines de este año.
El Dr. Sánchez, además ha participado en actividades de extensión como charlas dirigidas a
estudiantes de pre y postgrado y otras reuniones de colaboración con otros académicos y
académicas en temas de investigación que presentan potencial para futuras colaboraciones con
dinámicas similares a las actuales. “Hay una planificación”, detalla Sandoval, con hipótesis y

objetivos y dentro de los cuales tenemos ensayos, tanto en laboratorio como de campo, y eso nos ha
llevado a obtener varios resultados”.
“Los materiales que estamos generando”, agrega Sánchez, “tienen una capacidad de descontaminar
el suelo y de retener el agua bastante importante, pero, sobre todo, una capacidad de retener
contaminantes como metales y contaminantes orgánicos que pueden estar en el suelo agrícola, por
el valor que han aportado los residuos plásticos a la elaboración de este bio-carbón”.
Esto es fundamental para la sustentabilidad de la actividad agrícola, porque, explica el investigador
ibérico, “a veces, hay déficits temporales de fertilizantes y demás, y esto podría ser una opción
viable de bajo coste”.

Por Iván Tobar Bocaz