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Lucha contra la Desertificación

Hace algunos años, la desertificación se trataba como un tema puntual, quizás la mayoría lo entendía como el avance del desierto hacia el sur de nuestro país.

Como es costumbre el mundo científico alertando, “como el insigne personaje de pepegrillo”, que este hecho estaba avanzando en varios frentes, no era solo el avance del desierto, y numerosos trabajos que hacían ver el problema de erosión en el país. En general un 60% de nuestros suelos están afectados por algún grado de erosión, a lo que se sumaba la contaminación del aire, en especial en las ciudades producto de la quema de leña y también la calidad de las aguas.

Desde otro frente asomaban investigaciones que alertaban de un cambio climático, por otro lado los modelos económicos que dominan el planeta, solo recientemente acuñan conceptos como sostenibilidad productiva, ambiental, social, económica y política, en la práctica estamos lejos de aplicar  modelos que involucren estas ideas,  posiblemente la aplicación de alguno resulten en una experiencia fallida, la razón entre muchas puede ser una falta de investigaciones maduras, políticas incompletas, falta de inversión y tecnología aún por mejorar.

Al parecer no existe una comprensión profunda del tema por quienes gobiernan y administran los países, siempre ha existido una mirada distante del conocimiento riguroso, una desconfianza al mundo del rigor científico y es más fácil inventar verdades para quienes solo buscan soluciones momentáneas y rápidas. Hoy la ciencia se considera como un mendigo de recursos y que debe investigar lo que otros proponen. La prueba de esto es ver como se sigue hablando del tema (40 años o más) y de las consecuencias de las cuales somos testigos y partícipes; pérdida de la fertilidad química, física y microbiológicas de nuestros suelos, escases de agua y la calidad de ésta, menos alimentos y otras tantas, igual debemos reconocer que hay algunos intentos por hacer algo, sin embargo, no pasan de esto.

La desertificación, debe enfrentarse con políticas públicas que  incluyan grupos de investigación, programas dirigidos con decisión a los problemas, que involucre de manera activa a los funcionarios ligados al tema en todas las comunas y su comunidad, avanzar con propuestas innovadoras que deberían salir tanto de la investigación como de quienes están en terreno, por cierto que el financiamiento es crucial, quizás solo bastaría revisar propuestas que fueron producto de investigaciones que duermen, no por culpa de los investigadores, si ya investigar es trabajar en un circo pobre, no es posible que con los mismos recursos y personal, ejecutemos soluciones que son a otra escala, de ahí que, si vemos el vaso medio lleno, podemos decir que tenemos recurso humano “si”, existen propuestas que permitan avanzar “si”, podemos mejorar y enfrentar esto “si”, ¿qué falta?; políticas públicas que  conversen con los actores respectivos y un apoyo decidido en el financiamiento, de lo contrario la desertificación nos llevara a la falta y encarecimiento de los alimentos y con ellos a mayores problemas de inequidad.

Quizás la desertificación no solo pasa por algo tangible, al parecer nos vamos acostumbrando a ver destruidos nuestros ecosistemas  naturales y antrópicos, nos parece normal que pueblos no dispongan de agua, nos parece normal que el tema se trate en los debates pero  no hay acción, posiblemente el próximo año me pidan mi opinión sobre la desertificación y espero poder decir que está retrocediendo, pero mientras deberemos seguir evitando la desertificación del conocimiento y la comprensión  de estos temas, al menos.

Por Marco Sandoval Estrada Msc. Dr. Cs. Ambientales.