Fecha de publicación:

Familia agronómica agradece a Gloria Matamala por sus más de 40 años de servicio en la Facultad de Agronomía

Luego de haber llegado el año 1977 a la Universidad de Concepción, Gloria Matamala Fuentes, se adhirió este año a su jubilación, proceso que cumplió luego de 42 años de trabajo en la Facultad de Agronomía, razón por la que podemos destacar que solo deja un profundo cariño y orgullo en la comunidad agronómica, e incluso más, en la comunidad universitaria del Campus Chillán.

Y es que Gloria Matamala, no solo destacó en su quehacer profesional, sino que, además formó parte de la Rama de Andinismo, del Comité Paritario, del Club de Caza y Pesca, lideró la Agrupación de Secretarias en nuestro Campus, fue parte del Directorio del Sindicato Nº 1 de Trabajadores UdeC; solo por nombrar algunas de las Organizaciones en las que decidió ser parte activa y, por supuesto, dejar huellas. Actualmente, la Agrupación de Jubilados y Pensionados UdeC está gozando de su presencia.

Hoy, entrado el otoño, decidió soltar las riendas de la Secretaría del Decanato, cargo que ocupó desde el 01 de julio de 1993, tiempo en el que dejó una gran huella en muchos de los que integran la Facultad de Agronomía.

Es así como el académico, Raúl Cerda, ex Decano de la Facultad, recordó como la conoció. “Ella comenzó como Secretaria en los Laboratorios de Ciencias Básicas, cuando recién egresó del Instituto Comercial de Chillán. Yo era mechón en ese tiempo. Cuando estaba terminando la carrera, ella ya era secretaria del Director de Campus (Alejandro Valenzuela), el cual a su vez era mi guía de tesis (volviendo a interactuar). Al año siguiente de entrar a trabajar a la U. (1993) el académico Ricardo Merino la fue a buscar a su casa (se había retirado de la U.) para que fuera su secretaria en el recién fundado Decanato”, comentó el académico quien además destacó las enseñanzas de que ella deja. “Creo que no solamente es relevante tener los conocimientos y competencias para desarrollar una labor, sino que se debe realizar fundada en altos principios y valores que eran los que ella tenía.  Lo segundo que deja como enseñanza es que no importa que tan alto o bajo sea un cargo, lo importante es que cada cual comprenda el rol que debe cumplir en el desarrollo de la Universidad y a la vez respete el rol que cumplen las otras personas, solo así es factible trabajar en comunidad que era lo que ella siempre quería, y por último la empatía y la disposición a colaborar que siempre tuvo. Su sencillez y esa mano para ayudarte se extrañarán en la vida universitaria”.

Sus pares, junto con desearle siempre lo mejor, también destacaron lo que fue para ellas trabajar con Glorita, como la gran mayoría la conoció. “Para mi trabajar con la Glo era estar segura de que podíamos hacer cosas en equipo, su disposición, buena voluntad, y cariño es algo con lo que se contaba siempre…  Me sentí muy afortunada desde el primer día que la vi, cuando llegué a mi entrevista de trabajo con el Decano. Fui recibida con especial cariño, supongo que todos nos sentimos así siempre… es una mujer de mirada sincera, cálida y a la vez fuerte, que te hace sentir bien y segura.  Además, es un referente ejemplar para seguir en lo profesional, social, deportivamente y en tantas otras áreas que se desarrolla con excelencia. Me siento muy dichosa de haber compartido estos 10 años con una mujer excepcional”.

Finalmente, el actual Decano, Guillermo Wells Moncada, agradeció el compromiso y lealtad que siempre demostró. “Estoy cierto que Gloria fue uno de los pilares importantes del quehacer de nuestra Facultad y en particular de este Decanato, siempre presta a responder las solicitudes y los compromisos que llegaban a esta oficina, resolviendo las distintas situaciones que nos involucraban como Facultad. Firmemente dispuesta a colaborar y apoyar, involucrándose de una u otra forma en las actividades organizadas.  Su gran calidad humana y profesional, la hizo merecedora de nuestro gran aprecio y respeto, con entrega incondicional de ese consejo oportuno y certero, que sólo la experiencia permite hacerlo, y que en forma particular me permitió en más de una ocasión solucionar situaciones que veía muy complejas”.

No cabe duda de que dentro de la Facultad extrañaremos su prolijidad, la buena voluntad, su empatía y carisma, pero ahora solo nos queda desearle que goce plenamente de su tiempo, que siga dejando huellas desde su libertad y registrando cada nuevo capítulo emocionante en su vida.

Por Francisca Olave Campos