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– El objetivo general del proyecto es desarrollar un prototipo de aditivo nutricional en base a siete venas (Plantago lanceolata)

Los rumiantes, en particular el ganado lechero, contribuyen al cambio climático principalmente a través de las pérdidas de nitrógeno en la orina de los animales y de las emisiones de metano que se genera como resultado de los procesos fermentativos de la fracción fibrosa del alimento en el rumen. Considerando esta realidad es que la académica del Departamento de Producción Animal de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, Dra. Verónica Merino Poblete, lidera el proyecto denominado “Aditivo Nutricional PlaNMet a base de siete venas (Plantago lanceolata) como estrategia para reducir el impacto ambiental del ganado bovino de leche”, el que recientemente se adjudicó recursos de la convocatoria FONDEF IDeA 2024 (ID24I10241) por un monto cercano a los 220 millones de pesos.

“Entre las principales estrategias propuestas para reducir las emisiones de metano de los sistemas de producción de bovinos y otros rumiantes, se encuentran la manipulación de la dieta (mediante el aumento en el uso de alimentos concentrados energéticos y la reducción en los aportes de forrajes) y el manejo de los microorganismos ruminales metanogénicos mediante el uso de aditivos entre los que destacan los antibióticos (su uso está restringido o prohibido en muchos países), probióticos, prebióticos, ácidos orgánicos, enzimas y extractos de plantas (aceites esenciales, glucósidos, saponinas y taninos condensados). Los mayores inconvenientes con el uso de los aditivos es su falta de eficacia cuando se prueban en estudios con animales y que las dosis necesarias para generar una reducción significativa de metano son tan altas que hacen económicamente inviable su uso”, explicó la académica, Dra. Verónica Merino.

El objetivo general del proyecto es desarrollar un prototipo de aditivo nutricional en base a siete venas (Plantago lanceolata) que permita reducir las pérdidas de nitrógeno y las emisiones de metano entérico de vacas lecheras en lactancia, manteniendo el rendimiento y salud de los animales.

Siete venas es una planta a la que se le atribuye múltiples propiedades, principalmente antiinflamatorias, antisépticas y anticancerígenas. “El aditivo nutricional (PlaNMet) se elaborará a partir del forraje seco y pulverizado de siete venas con el fin de que sea fácilmente incorporado a la dieta de vacas lecheras en distintas etapas de lactancia. Lo anterior se basa en nuestra hipótesis de que la incorporación del aditivo generaría un efecto de mitigación del impacto ambiental del rebaño lechero tanto por la reducción de las pérdidas de nitrógeno en la orina (y su consecuente volatilización como óxido nitroso), como de la producción ruminal de metano gracias a la presencia de metabolitos secundarios y a sus propiedades nutricionales (alta digestibilidad y contenido de carbohidratos no estructurales, bajo aporte de fibra y de nitrógeno soluble)”, sostuvo la experta quien agregó que el proyecto requiere determinar, además de su formulación, el nivel mínimo de inclusión en la dieta de los animales requerido para que se expresen sus efectos, y hacer extracción de los principales metabolitos involucrados en las pérdidas de metano y nitrógeno en el caso de que se requiera aumentar los niveles para potenciar sus efectos a bajas dosis de inclusión.

“En el primer año del estudio se realizarán los análisis de laboratorio y estudios de fermentación in vitro para formular y desarrollar el prototipo de aditivo PlaNMet. Para validar el prototipo de producto, durante el segundo año de ejecución, se realizará un estudio con 60 vacas lecheras en distintas etapas de lactancia en las instalaciones de la lechería Ancali, de modo de establecer los niveles mínimos de inclusión en las dietas de las vacas para cada tercio de lactancia, requeridos para reducir en al menos un 15 % las pérdidas de nitrógeno y en más de 25 % la producción entérica de metano, sin generar efectos adversos sobre la productividad y salud de los animales. Además, realizaremos un análisis técnico-económico para validar la viabilidad del desarrollo del prototipo, y se generará un diseño de transferencia tecnológica para así generar las bases para su futura industrialización y comercialización”, explicó la experta.

Cabe mencionar que en el proyecto participan, además de la Dra. Verónica Merino como directora de éste, la Dra. Claudia Pérez de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de la UdeC, la Dra. Katherine Sossa, de la Facultad de Ciencias Forestales de la UdeC, (ambas como investigadoras) además del Dr. Luis Piña de la Universidad de Chile, como director alterno.

La lechería Ancali participa como entidad asociada a la propuesta, mientras que el Consorcio Lechero como entidad colaboradora.

CON TECNOLOGÍA EMERGENTE

El convenio es de $370 millones de pesos, financiado en su totalidad por el organismo público encargado de la administración regional, por un periodo de ejecución de 30 meses por parte de las Facultades de Agronomía e Ingeniería Agrícola de la Casa de Estudios Superiores.

A través de la utilización de la tecnología de tipo emergente como el ultrasonido de potencia, que permite favorecer la calidad del producto, de sus componentes y la inocuidad del mismo, es que se busca evaluar la aplicación de éste a escala piloto en la extracción de bioactivos en berries de importancia regional.

Con este objetivo se realizó el lanzamiento del Programa “Transferencia de Escalamiento nivel piloto para la extracción de bioactivos en berries mediante ultrasonido”, en el Auditorio José Suárez Fanjul del Campus Chillán de la Universidad de Concepción, ante la asistencia de más de 100 personas: autoridades universitarias y regionales, empresarios, profesionales, docentes, investigadores y estudiantes de diferentes carreras de la UdeC.

El proyecto que es financiado a través del Fondo de Innovación para la Competitividad del Gobierno Regional de Ñuble y ejecutado por las Facultades de Agronomía e Ingeniería Agrícola de la UdeC, inició sus operaciones en enero de este año, conformado por un equipo interdisciplinario de investigadores de la UdeC, encabezados por el Director y Subdirector del Programa, Dr. Jorge Campos Parra y el Master of Science, Pedro Melín Marín, respectivamente, quienes dedican sus esfuerzos a la aplicación de la tecnología de ultrasonido, apuntando al desarrollo agroindustrial de la zona.

Uno de sus primeros hitos es la firma del documento que oficializa la vinculación con el Gobierno Regional de Ñuble y la Empresa Ecoberry SA, lugar donde se implementará una línea piloto de procesos para la elaboración de pulpa de berries con la incorporación de ultrasonido de potencia, cuyo propósito es mejorar la extracción y disponibilidad de componentes bioactivos en su elaboración, dándoles un valor agregado.

Durante la jornada del lanzamiento, el Director General del Campus Chillán de la Universidad de Concepción, Dr. Pedro Rojas García, recalcó que este tipo de actividades demuestra la vinculación que tiene la Universidad con el Gobierno Regional de Ñuble y el sector privado.

“Estas iniciativas permiten valorar los territorios donde se inserta la institución, que tiene un alcance nacional a través de sus proyectos, permitiendo así desarrollar aspectos sociales

y económicos, con el objetivo de mejorar el bienestar de las personas que habitan nuestra Región. La Universidad se caracteriza por realizar iniciativas que sean disruptivas, incorporando el factor fundamental de la innovación”, enfatizó la máxima autoridad del Campus Chillán de la UdeC.

Además, el Director General, destacó el trabajo en conjunto desarrollado por las Facultades de Agronomía e Ingeniería Agrícola, en el marco de este Programa.

“La labor de ambas Facultades apunta a un trabajo interdisciplinario que tenemos como institución. Es valorable porque dentro de las áreas de la línea agropecuaria tenemos capacidades académicas en nuestro Campus que pueden desarrollar este tipo de iniciativas y otras similares, que respondan a las problemáticas que tenemos como Región”, recalcó el Dr. Rojas.

En esa línea, el Jefe de la División de Infraestructura y Transporte del Gore, Cristián Quiroz Reyes, en representación del Gobernador Regional, Óscar Crisóstomo Llanos, manifestó que “se logra una articulación virtuosa entre el mundo privado, la academia a través de la Universidad de Concepción y el Gobierno Regional, otorgando mayor pertinencia y sustento científico a la toma de decisiones de empresas privadas que les permitirá una mejor producción de berries, asegurando una mejor trazabilidad, inocuidad y seguridad de estos productos, que son tan relevantes para una zona con vocación agroindustrial como es la Región de Ñuble”.

En tanto, el Coordinador de la Unidad Regional Subdere Ñuble, Eric Bühring Chandía, destacó la alianza que se genera entre el Gobierno Regional, la UdeC y las dos empresas de berries involucradas en este Programa.

“Tenemos muchos desafíos a futuro por realizar este tipo de proyectos, no sólo con los berries, sino también con otras áreas productivas que están dentro del panorama del Gobierno Regional, como, por ejemplo, el desarrollo en el rubro vitivinícola y en el turismo. También el desarrollo de nuestra Costa, Precordillera y Cordillera. Tenemos que seguir trabajando para generar estos espacios de encuentro entre estos actores”, dijo Bühring.

Alcances del proyecto

En el lanzamiento del Programa, los investigadores expusieron al público asistente los objetivos, alcances de la tecnología del ultrasonido y la aplicación de este en productos agroindustriales.

“Para lograr un desarrollo agroindustrial en Ñuble, queremos potenciar y darle un valor agregado a los berries que acá se producen. Elegimos trabajar con seis tipos de berries distintos; tres que están caracterizados: frutilla, arándano y frambuesa. Los otros tres son nativos: el maqui, la murtilla y el calafate. Éstos hay que trabajarlos y con la empresa Biociclo de la comuna de Coihueco, estamos caracterizando el maqui para asegurarnos de tener materia prima suficiente para procesarlo. De esta forma, escalamos la tecnología del ultrasonido de potencia para extraer los componentes bioactivos de los berries”, explicó el Director del Programa y académico de la Facultad de Agronomía, Dr. Jorge Campos Parra.

En primera instancia, los investigadores trabajan con la pulpa de los berries. El escalamiento se realiza desde la Universidad de Concepción, a través de la empresa Ecoberry, lugar donde se instalará el equipamiento de ultrasonido para trabajar a nivel piloto e industrial.

Por su parte, el Director Técnico del Programa y académico de la Facultad de Ingeniería Agrícola, Pedro Santiago Melín Marín, detalló que “tenemos que medir los aspectos físicos de los berries y sus respectivas pulpas, tanto en el laboratorio como en la planta piloto, ver el impacto que se genera en la extracción de bioactivos en la pulpa, cuyo resultado será la base para elaborar nuevos productos. También se debe analizar de qué manera afecta a la carga microbiana inicial para cumplir con la normativa del etiquetado nutricional con su respectiva inocuidad y averiguar si es del gusto del consumidor”, precisó.

Impacto regional

La Jefa de la Unidad de Innovación y Gestión de Proyectos (UIGP) de la UdeC Campus Chillán, Dra. Valeria Velasco Pizarro, enfatizó que “como Unidad destacamos esta iniciativa por la importancia que tiene el rubro de los berries en la región de Ñuble, tales como los arándanos, frutillas, frambuesas y los nativos como el maqui. Generalmente, las industrias tienen limitaciones para incorporar tecnologías emergentes en sus procesos, ya sea por escasez de recursos, por limitantes técnicas o por desconocimiento de los beneficios de tales aplicaciones. Sin embargo, a través de esta tecnología emergente: el ultrasonido, permitirá aumentar la biodisponibilidad y concentración de los compuestos de los berries en productos elaborados, por ende, también su calidad. Además, permitirá escalar esta tecnología desde el laboratorio a un nivel piloto en la agroindustria local”, complementó.

Previo al cierre del lanzamiento del Programa, las empresas Biociclo y Food Berry junto a Ecoberry, expusieron a través de sus gerentes, los aportes que realizan a la ejecución de este proyecto.

El Gerente General de las Empresas Biociclo y Food Berry, Alexis Campos Cáceres, manifestó que “sin duda que es fundamental buscar nuevos desarrollos para los berries de Ñuble; que tengan mejores precios con oportunidades para los productores y recolectores de estas frutas”, dijo Campos.

Por su parte, el Gerente General de Ecoberry, Jorge Ducrós Cañas, argumentó que “nosotros aportamos berries procesados para realizarse los respectivos experimentos. También nuestra infraestructura; maquinaria y personal técnico, quienes realizan producciones de tipo comercial, a las que queremos darle un valor agregado”, finalizó.

-A través de dos iniciativas desarrollas en conjunto con la CONADI del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, se pretende establecer el potencial vinífero en 13 comunidades Mapuches, así como también el estudio de implementación de vides en algunos sectores de la zona.

 

Generar un polo de desarrollo productivo para comunidades y familias mapuches, en la Región de La Araucanía, es uno de los objetivos en los que se encuentra trabajando un equipo transversal de profesionales, liderados por investigadores de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción.

La primera iniciativa se trata del estudio de establecimiento de vides (Vitis Vinífera) en comunidades y familias mapuches que han sido beneficiarias de la compra de tierras a través del artículo 20 de la Ley 19.253, financiado con fondos de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI) por una suma de treinta millones de pesos. Este proyecto se ejecutó a principios del 2020 y tuvo un plazo de ejecución de siete meses.

“Fue un proyecto que desarrollamos en las comunas de Galvarino, Los Sauces y  Traiguén, donde hubo 13 participantes directos y más de 500 beneficiarios indirectos”, explicó el enólogo e investigador del Departamento de Producción Vegetal de la Facultad de Agronomía de la UdeC, Dr. Ignacio Serra Stepke, quien agregó que “formamos un grupo de personas que trabajamos en lo profesional y en lo social al mismo tiempo, ya que contamos con especialistas en suelos, un geólogo, un climatólogo, además de especialistas en viticultura y enología, así como también con articuladores y comunicadores sociales para poder llegar de manera eficaz a los beneficiarios, y que pudiesen aprovechar de dar un buen uso e innovar en las tierras que adquirieron”.

En este sentido, el Dr. Ignacio Serra señaló que si bien algunas familias ya producían hortalizas o cereales en sus tierras, se exploró en la producción de vides para producción de vinos. “Este proyecto buscaba estudiar el potencial vinífero de los predios que les han sido entregados a comunidades Mapuches y para ello teníamos que analizar cosas básicas como si contaban con luz eléctrica, si era monofásica o trifásica, si tenían acceso a agua para regar, además de los aspectos relacionados con un estudio de terroir (aspectos climáticos de suelo y geología) para ver la aptitud vitivinícola de los sectores mencionados”.

A partir de estos análisis se les diseñó un programa en términos económicos y un plan de desarrollo que apuntaba a generar una agricultura biodinámica, razón por la que nació una segunda etapa del proyecto, de implementación de viveros de vides, con un presupuesto del Fondo de Desarrollo Indígena, de casi noventa millones de pesos y que comenzó a ejecutarse a mediados de 2021.

“Lo que hemos comenzado a hacer es seleccionar a aquellas tierras o zonas que nosotros creemos que tienen el mayor potencial desde el punto de vista del terroir, identificado las características geológicas, de suelo y mesoclima de cada uno de los predios, y de la calidad de la uva para producir vino. Y hemos comenzado también a desarrollar algunas capacitaciones”, manifestó el Dr. Ignacio Serra.

Además, tal como señaló el académico, “las estacas de vid para los viveros las compramos en San Nicolás, en la viña Santa Berta, y las colocamos en un invernadero de aproximadamente 240 m2, y la idea es que este invernadero sirva para producir las plantas de vid. Haremos la plantación este invierno para que tengan sus viñedos, y este invernadero después quedará a disponibilidad de los beneficiarios para que continúen con este trabajo o por ejemplo implementen su propia producción y venta de hortalizas”, precisó el Dr. Serra, quien además sostuvo que las capacitaciones sobre vitivinicultura y enología a los beneficiarios ya ha comenzado a ejecutarse.

Se considera la construcción de 12 invernaderos modulares de estructura metálica, armados por los beneficiarios directos de las comunidades beneficiarias y la implementación de 12 viveros de aproximadamente 5.000 plantas cada uno, gestionado por los beneficiarios directos de las comunidades favorecidas. El plazo contemplado para desarrollar este segundo proyecto es de 10 meses, teniendo en cuenta siempre las condiciones y protocolos establecidos por la alerta sanitaria.

El equipo que lidera estas iniciativas está conformado por el Dr. Ignacio Serra, el enólogo Raúl Narváez, el facilitador intercultural Milton Almonacid y el articulador Eduardo Varela.

Ignacio Bustos, titulado el año 2018 de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción es quien recientemente se adjudicó el primer lugar nacional de proyecto de innovación de la Fundación para la Innovación Agraria, FIA, con su proyecto que apunta a generar un prototipo para el desarrollo de un sistema productivo para la obtención de morchella, hongo que a nivel mundial es considerado como un producto gourmet de lujo.

“Hemos establecido junto a mi socio una alianza entre “Morel’s House Ltda” nuestra empresa postulante y a su vez ejecutor, y la UdeC a través de la Facultad de Agronomía colaborando como asociado, ya que la idea es que exista un equipo técnico de trabajo completo, para abarcar áreas relativas al crecimiento de los hongos, inocuidad y calidad de producto y otros aspectos relevantes”, explicó el ingeniero agrónomo, Ignacio Bustos.

Se trata, de acuerdo a lo manifestado por el profesional, de desarrollar un sistema productivo para la obtención de morchella en condiciones controladas. “Queremos dar solución a algunos problemas presentes en el rubro agroalimentario. Por ejemplo, queremos contribuir a solucionar el problema relacionado a un bajo desarrollo tecnológico en técnicas de producción de productos forestales no madereros, para definir y sistematizar los estándares de inocuidad y trazabilidad para el sistema productivo que queremos implementar, como también cumplir con certificaciones comprometidas en materias de responsabilidad ambiental y social”, explicó Ignacio Bustos.

La morchella en Chile presenta fluctuaciones en rendimientos año tras año, ya sea en su ecosistema nativo u originada por efecto de los incendios forestales, significando un problema en cuanto a la estabilidad de la recolección como fuente económica y laboral. “Es importante mencionar que desde el 2010 a la fecha, las toneladas exportadas de este producto han fluctuado entre 40 a 120 toneladas. Hay años en que ha aumentado positivamente el volumen exportado de morchella como también otros en que disminuye, entonces, uno de nuestros objetivos será intentar dar estabilidad y constancia en productividad y provisión respectivamente”.

Es uno de los grandes objetivos a alcanzar, según Ignacio Bustos, porque además se entiende que existen muchas familias que viven de la recolección y en este sentido también han pensado en ellos. “De lograr implementar un sistema productivo queremos generar una industria de producción de morchella que coexista con la recolección comercial, para que en un posible futuro junto a recolectores de la región, podamos exportar a Europa, siendo este el principal mercado de destino para morchella. Queremos generar impactos positivos del tipo social a través de la generación de empleos, responsabilidad ambiental mediante una economía circular, crecimiento económico y desarrollo cultural”, precisó Ignacio, agregando que, “para ello, pretendemos conseguir una estabilidad en los rendimientos queriendo lograr inicialmente un promedio que puede ir desde los 2.000 a los 3.000 kilogramos de morchella fresca por hectárea, bien sabemos que es posible también aumentar ese margen de rendimiento, pues requiere de mayor investigación e inversión, por lo mismo, ahora estamos enfocados en concretar la implementación y funcionalidad del sistema productivo”.

El llamado a concurso de FIA fue una convocatoria nacional para proyectos de innovación en el sector agrícola, agroforestal y agroalimentario y para el ingeniero agrónomo, “esto puede significar un gran inicio para dar otro salto dentro de esta iniciativa, ya que el financiamiento que obtuvimos ($150.000.000) lo utilizaremos para la adquisición de tecnología, equipamiento e insumos para la producción de morchella”.

Quien ha colaborado significativamente en este proyecto es la académica del Departamento de Producción Vegetal, Dra. Macarena Gerding, quien destacó la importancia de este trabajo. “Sería la primera vez que se lograría cultivar en el hemisferio sur, uno de los hongos más caros que existen a nivel mundial, de hecho es el segundo después de la trufa. Este es un hongo que se ha logrado cultivar con manejo en Francia y China y aquí en Chile se basa exclusivamente en la recolección en bosques y por lo tanto no se logran altos volúmenes, entonces sería una muy buena oportunidad para nuestro país y también sería una oportunidad para la comunidad de Nacimiento, donde está ubicada la empresa de nuestros ex alumnos”.

Finalmente mencionar que Ignacio Bustos junto a FIA se encuentran en proceso de negociación para convenir la adjudicación de financiamiento para la ejecución del proyecto.

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