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Gabriela Oyarce Meléndez, Ingeniera en Biotecnología Vegetal quien se encuentra cursando su Doctorado en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, es quien recientemente obtuvo el segundo lugar en un concurso de presentaciones de tesis desarrollado en el Congreso de Dipterología, en Reno, Estados Unidos.

Sobre cómo se gestó su visita al mencionado congreso, Gabriela Oyarce explicó que, “un día me puse a buscar congresos para presentar mi trabajo de la tesis y salió entre las opciones el congreso de Dipterología, un congreso internacional específico sobre moscas que se desarrolla en la ciudad de Reno, en Estados Unidos. Averigüé sobre los trabajos presentados anteriormente y coincidían con el trabajo que desarrollo actualmente en mi tesis. Luego de pensarlo bien y evaluar cómo voy a costear el viaje, me decido a postular. Nunca había viajado al extranjero y hasta ahora no había tenido una oportunidad para hacerlo, tenía ganas de conocer el trabajo de otras personas en el mundo en el área en la que me desarrollo y además el programa de doctorado de la Facultad de Agronomía ofrece ayudas económicas para financiar la asistencia a este tipo de eventos. Dado que era un proyecto en desarrollo, me decidí finalmente a postular al congreso con un póster”.

En el congreso Gabriela Oyarce presentó el póster titulado: “Insecticidal activity of Dysphania ambrosioides (Amaranthaceae) essential oil against housefly (Musca domestica) (Muscidae)”, donde el objetivo del trabajo fue evaluar la actividad insecticida del aceite esencial de epazote y comparar su efectividad con las alternativas disponibles en el mercado para el control de larvas y adultos de la mosca común.

“Dentro de las labores de mi tesis yo evalué la actividad insecticida de insecticidas comerciales sintéticos y naturales y además la actividad de aceites esenciales sobre la mosca común (Musca domestica). Dada la problemática de resistencia que hay con los insecticidas comerciales y en particular con esta especie, es que como laboratorio quisimos evaluar la susceptibilidad de la mosca a los insecticidas de tipo organofosforado, piretroides, piretrinas y lemonoides y comparar su efectividad con los aceites esenciales. Estos aceites esenciales son sustancias olorosas que se extraen de las plantas y que en los últimos años se han estudiado muchísimo debido a su potencial contra plagas. En particular, en el laboratorio llevamos años trabajando con el proveniente de la planta de Epazote, con el que hemos tenido resultados interesantes y además estamos trabajando en conjunto en un proyecto para su domesticación en invernadero”.

La doctorando destacó esta oportunidad como una gran oportunidad de aprender y actualizar conocimientos. “Fue algo súper desafiante, primero me encontré con la barrera del idioma. Es distinto entender el inglés desde un paper o viendo series a entenderlo y comunicarlo a otras personas en tiempo real, pero pude sortearlo. También fue muy motivante el ver trabajos tan distintos en un mismo lugar, por un lado, tenías a este grupo de investigadores estudiando una familia súper específica de moscas que parasitan murciélagos, una persona que se dedicó a estudiar el comportamiento reproductivo de una especie que se encontraba en su patio durante la pandemia, la utilización de ciertas moscas como polinizadores en cultivos agrícolas, donde ¡No tenían nada que envidiarle a las abejas en cuanto a sus resultados!, la importancia de la participación ciudadana en los registros de nuevas especies e invasores, entre otras cosas”.

Finalmente, Gabriela Oyarce, valoró la experiencia. “Me resultó realmente sorprendente todo el trabajo que se realiza con las moscas en general. Junto a esto, me ocurrió que había un autor en mi escrito que he citado varias veces y poder compartir en persona con el apellido que siempre encuentras en los papers cuando buscas sobre un tema en específico, no es algo que se dé todos los días. Además también pude compartir con investigadores que trabajan en temas similares, abriendo la posibilidad de colaborar a futuro. En general quedé súper conforme y entusiasmada con la experiencia y fue inesperado el que más encima sacara un lugar en la sección de póster”.

Cabe mencionar que en la investigación presentada por Gabriela participan especialistas de tres países, el académico del Departamento de Producción Vegetal, de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, Dr. Gonzalo Silva (quien además es su profesor guía de tesis), el Dr. Álvaro Romero de New México Stata University de USA y J. Concepción Rodríguez del Colegio de Postgraduados de México.

 

Por Francisca Olave Campos

El pasado martes, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) confirmó un brote de casos de mosca de la fruta en 13 comunas de la Región Metropolitana, razón por la que el Dr. Gonzalo Silva, académico del Departamento de Producción Vegetal de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, llamó a estar pendientes de este hecho, ya que podría tener un impacto significativo en las producciones frutales.

“La mosca de la fruta es un insecto cuarentenario y Chile es el único país del continente con el estatus de “país libre” de esta plaga. Por tanto, el daño a las exportaciones frutícolas es tremendamente importante. Biológicamente este insecto pone los huevos en la fruta por lo que sus larvas se alimentan de este junto con que sus fecas y otros desechos promueven la proliferación de hongos que causan la pudrición del fruto”, explicó el experto.

El Dr. Silva sostuvo que si bien la detección se realizó en comunas de la zona oriente de Santiago, “el SAG cuenta con un sistema de monitoreo en todo el país por lo que de estar en la otras zonas ya se habría entregado una alerta. Sin embargo, por la época del año en que nos encontramos en que prácticamente la fruta que el insecto tendría disponible está ubicada en árboles caseros o de traspatio junto con la presencia de bajas temperaturas, la mosca pasará su ciclo en el suelo y en primavera emergerá, por lo que hasta esa fecha recién sabremos de posibles nuevas capturas”, de ahí que manifiesta que es importante que los mismos productores estén pendientes del tema y no aplicar plaguicidas de manera indiscriminada.

“Lo más importante es que el SAG es el encargado del monitoreo de esta plaga por lo que los productores deben estar atentos a las alertas de esta institución y seguir sus recomendaciones. El realizar o no tratamientos químicos debe provenir justamente de los resultados del monitoreo que ellos realizan, ya que no se debe olvidar que el SAG tiene un programa de control con machos estériles irradiados y que en brotes producidos en años anteriores, el mismo SAG ha sido quien ha realizado campañas de erradicación. Por tanto, no se debe tratar los huertos con insecticidas mientras no haya recomendación de hacerlo”, puntualizó el investigador.

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