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Una treintena de personas entre productores cereceros de la región, académicos y autoridades locales, participaron ayer en el taller denominado “Cerezas de Ñuble: Desafíos y Oportunidades”.

El objetivo fue debatir y analizar acerca de los principales desafíos y oportunidades que enfrenta este rubro en la región, abordando aspectos económicos, territoriales y de demandas de investigación y de transferencia tecnológica.

En este sentido el académico y director del Departamento de Producción Vegetal, de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, Dr. Richard Bastías destacó la importancia de la iniciativa, que se desarrolló en el marco de la Escuela de Verano 2023 de la UdeC, la que pone énfasis en la vinculación con el medio, “y en este caso con el sector productivo, específicamente con los cereceros de la región de Ñuble, por lo tanto es relevante esta jornada porque estamos generando un acercamiento entre la academia y este rubro, que es muy importante para la región, ya que representa cerca el 15% de la fruticultura regional, entonces hay una relevancia económica, pero por sobre todo, implica un acercamiento pensando en el trabajo colaborativo para ir resolviendo las demandas que ellos nos puedan manifestar en torno a investigación, transferencia tecnológica u otros aspectos”, explicó el Dr. Richard Bastías.

TEMÁTICAS DEL SECTOR

La jornada comprendió la realización de la charla ofrecida por el Seremi de Economía de la región de Ñuble, Erick Solo de Zaldívar, quien se refirió a la situación de la cereza en la economía de la Región.

“Como Gobierno nos hemos puesto el desafío de discutir en torno al nuevo modelo de desarrollo productivo, en ese sentido es fundamental poder identificar los diferentes sectores productivos que justamente mueven la economía de la región, y el sector de agricultura es uno de los fundamentales que tienen un porcentaje importante para el PIB dentro de la economía regional y si uno desglosa,  uno de los frutos que más destaca es el rubro cerecero”, explicó el Seremi de Economía, quien agregó que uno de los aspectos a abordar se relaciona con el packing.

“Hemos estado trabajando en conjunto con el Gobierno Regional para poder promover instrumentos que puedan fortalecer la industria de la cereza y la industria de los frutos en la región de Ñuble. Uno de los desafíos justamente en la instalación de más packing para que puedan procesar en mayores volúmenes acá en la región y los otros desafíos están en el tema logístico, y ya estamos trabajando en una mesa con Pro Chile en donde se pueda visualizar, por ejemplo, que un cherry express pueda pasar por la región de Biobío y así descongestionar el puerto de San Antonio y Valparaíso, y que tengamos la oportunidad de que nuestros cereceros puedan través de la región del Biobío, exportar su producto”.

El taller también comprendió la realización de la charla, “Situación y desafíos productivos de la cereza en la Región de Ñuble”, que ofreció el Dr. Richard Bastías, quien abordó el tema desde el punto de vista regional, nacional e internacional.

“El primer desafío es que a nivel regional tenemos que trabajar fuerte para asegurar altos estándares de calidad de fruta desde el árbol a la mesa, en este caso de la cereza, y si bien es cierto que tiene una buena aceptación en los mercados, todavía nos falta entender y aprender cómo a través de los manejos de huerto podemos asegurar una calidad de fruta con los estándares de calidad exigidos por el consumidor y los mercados”, explicó el académico quien además destacó otros desafíos.

“La mano de obra es una problemática sobre todo para este rubro. Hay que pensar que el 60 y hasta el 65% del costo de producción de cerezas es mano de obra. Además, ya estamos en una situación de escasez de mano de obra, por lo tanto, hay que avanzar en nuevos diseños de huertos más eficientes y amigables con las personas que trabajan en las labores de campo, y con la capacidad de automatizar ciertas labores. Y un tercer desafío se relaciona con el cambio climático y no solamente con mitigar las causas, sino que cómo nosotros contribuimos a disminuir los efectos de estos sistemas productivos en términos de huella hídrica y emisiones de CO2)”, precisó el Dr. Richard Bastías.

Otro de los desafíos expuesto por el académico se relaciona con la necesidad de diversificar los mercados para tener mayor competitividad y del punto de vista de la identidad de la genética y del territorio.  “Actualmente sobre el 90% de la cereza exportada se concentra en el mercado de China y mayormente en tres o cuatro variedades, entonces debemos considerar otras alternativas de mercados (Latinoamérica, Estados Unidos, etc. e incluso el nacional) y con identidad de origen, como la Corazón de Paloma de Quillón, por ejemplo, y que es una línea de trabajo que ya estamos abordando como Facultad”.

TRABAJO FUTURO

La jornada culminó con la realización de un taller grupal para analizar las demandas de investigación y de transferencia tecnológica en este rubro en los ámbitos productivos y comerciales, actividad que fue coordinada por el investigador Ignacio Urra. “Lo que hicimos fue generar grupos de trabajo en los que ellos pudieron ir discutiendo sus problemáticas y presentando sus situaciones, cuya información nos permitirá continuar trabajando con ellos en el futuro”, puntualizó el investigador de la Facultad de Agronomía.

En la misma línea el Dr. Richard Bastías puntualizó que, “a través de esta actividad los productores y profesionales presentes en la actividad nos platearon sus necesidades locales como una hoja de ruta para poder apoyarlos desde nuestro quehacer académico en los ámbitos de investigación, innovación y transferencia tecnológica, lo que resultó en una actividad muy enriquecedora”, puntualizó el académico.

Por Francisca Olave Campos

La académica de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, Dra. Macarena Gerding González, se encuentra en Rapa Nui, desarrollando trabajo en terreno, para comprobar los avances respecto de la investigación sobre “Microorganismos simbióticos para la inoculación y restablecimiento de la especie extinta en Rapa Nui: Sophora toromiro”.

Se trata de un proyecto de 4 años y que busca la reinserción del toromiro en su hábitat natural que es la isla de Pascua, y en el que también trabajan Conaf-Rapa Nui, CMPC y la Universidad de Concepción, siendo una labor de gran importancia ya que el toromiro es un árbol endémico de la isla que tiene un gran valor cultural para Rapa Nui.

“Estamos finalizando la segunda etapa de un convenio que teníamos Conaf, que trata de la selección de bacterias para el rescate del toromiro. Hemos estado evaluando las plantas que están desde algún tiempo, tomando algunas muestras y capacitando a las personas del vivero Mataveri Otai en Rapa nui en cuanto al trabajo con bacterias como inoculantes para las plantas”, explicó la investigadora, quien está actualmente en la isla.

Según lo manifestado por la Dra. Gerding, la idea es que una vez implementada alguna estrategia de propagación del toromiro en la isla, los viveristas puedan multiplicar las bacterias e inocular las plantas.

“Comprobamos que las plantas que estaban inoculadas con las bacterias seleccionadas ya son árboles grandes, de 2 metros aproximadamente, están mucho más robustos y pudimos verificar la presencia de las bacterias en sus raíces. También establecimos un nuevo ensayo en suelo fuera del vivero con toromiros inoculados con las bacterias más promisorias, para evaluar su desempeño en condiciones más estresantes. Además, aprovechando esta visita colectamos algunas muestras de suelo que servirán para buscar otro tipo de bacterias y hongos micorrícicos que aporten con nutrientes como el fósforo y el potasio a través de un proyecto VRID de la UdeC, porque las bacterias con las que hemos trabajado hasta ahora aportan exclusivamente nitrógeno”, precisó la experta.

Lo más destacable para la académica de esta experiencia es que, “las personas con las que estamos trabajando están felices de aprender y de estar contribuyendo al rescate de esta especie que es muy importante para los isleños”.

Finalmente, la investigadora agregó que, “esto se proyecta a futuro. Queremos seguir avanzando en poder implementar un laboratorio para que ellos puedan trabajar aquí con microorganismos inoculantes para plantas en general, no solamente con las bacterias para el toromiro, y de esa forma favorecer el establecimiento de las plantas endémicas en suelos erosionados, pobres en nutrientes y bajo condiciones climáticas muchas veces desfavorables”, puntualizó.

Por Francisca Olave Campos.

El tema de la conservación de los suelos ha cobrado mayor fuerza ante los desafíos que impone el cambio climático y la seguridad alimentaria para el mundo.

En este sentido, el académico y director del Departamento de Suelo y Recursos Naturales de la Facultad de Agronomía, de la Universidad de Concepción, Dr. Marco Sandoval, manifestó que, “el suelo es un sistema que permite almacenar una importante cantidad de agua del planeta, lo cual a su vez permite completar los ciclos de muchas especies dando continuidad a la vida, además de reponer, parte importante del agua de las napas subterráneas. Es la organización estructural del suelo la que da origen y forma al ordenamiento del espacio poroso, que a su vez, permite el drenaje de los excesos del agua y el almacenamiento de la misma. La destrucción de esta organización espacial por la intervención antropogénica, hace que la alteración del suelo resulte no sustentable y las pérdidas de agua se incrementen por escurrimiento y con ello se favorece la erosión, en resumen, se intensifican los efectos del cambio climático”.

Por otra parte, el experto agregó que la seguridad alimentaria está estrechamente ligada a la conservación de los suelos. “La humanidad debe alimentarse, por ejemplo; si pensamos en el pan, en los dulces, en los tallarines etc., sin un sustrato como el suelo no sería posible a la escala que necesita la humanidad,  la fruta, el vino, el aceite de oliva,  tantas actividades ligadas  al suelo, si el lector establece una línea partiendo desde el suelo podrá imaginar las cantidad de trabajo ligado a cada una de esta (siembra-cosecha-industrialización de variados productos-transporte-acopio-transacciones comerciales- distribución-consumo), y todo se inicia en el suelo, sin el suelo  nuestra seguridad alimenticia se pone en riesgo”.

Considerando este escenario, y la necesidad de aplicar adecuados manejos de los distintos tipos de suelo o la rehabilitación de los mismos, investigadores del Departamento de Suelos y Recursos Naturales, se encuentran desarrollando diversos proyectos relacionados a estos temas, destacando entre otros:

  1. Desarrollo y validación en análisis de suelos de un proceso costo-efectivo, rápido y ambientalmente amigable a nivel local y global: la alternativa de espectroscopia de suelo. Concurso IDeA I+D (ANID). 2021, cuyo Director es el Dr. Erick Zagal.
  2. Formulación de hidrogeles a base de biopolímeros y bacterias benéficas para mitigar el estrés hídrico en plantas. FONDEF ID2110050 (ANID). 2021. Director, Dr. Mauricio Schoebitz.
  3. Puente sobre las escalas de tiempo de los efectos del cambio climático y de la vegetación en la denudación: un enfoque de modelo acoplado. Proyecto DFG-SPP Program 1803 (Alemania), 2019. Co-inv. en Chile el Dr. Leandro Paulino.
  4. Desarrollo de un producto superabsorbente biodegradable para el óptimo aprovechamiento del recurso hídrico en cultivos de berries de exportación”. Código ID21I10075. 2021. Fondef idea (ANID).Director-alterno Marco Sandoval.
  5. Biochar activado para la remediación y recuperación de suelos para promover una agricultura climáticamente inteligente”. Código 1210503. Fondecyt Regular (ANID).2021. Directora Dra. Cristina Muñoz
  6. Biofertilización Dinámica: Una Estrategia Biológica E Innovadora Dirigida A La Plasticultura”. Código MEC 80190011, (ANID). 2021. Director Dr. Marco Sandoval.

Las investigaciones relacionadas con la ciencia del suelo involucran grandes desafíos tal como tal como lo explica el Dr. Marco Sandoval. “Día a día están surgiendo muchos avances que nos faltaría espacio y tiempo para comentarlos, sin embargo creo poder asegurar que esta disciplina deberá dar respuesta al conocimiento básico y aplicado, cuyo objeto de estudio es el suelo, pero con una visión integradora de muchas otras disciplinas, además de las tradicionales, por ejemplo el ámbito del medio ambiente, tendremos que tener una mirada más integradora, los desafíos son más complejos, ya que  no solo podemos pensar en la necesidad de dosificar fertilizantes, deberemos tener claridad de los efectos ambientales de ellos en el agua y el aire. Necesitamos técnicas de diagnóstico  amigables con el medio ambiente, necesitamos por un lado producir alimento en cantidad y calidad, teniendo como sustrato el suelo, avanzar en políticas públicas y legislativas que apoyen modelos sustentables en donde el suelo es nuestro factor iniciador de muchas otras actividad”, puntualizó el Dr. Sandoval.

Por Francisca Olave Campos

 

En Chile, la apicultura es una actividad de creciente interés, de hecho a nivel país existen alrededor de 500.000 colmenas, que se utilizan principalmente para la producción de miel y servicios de polinización, de acuerdo a datos difundidos por ODEPA.

Pero de acuerdo a lo expresado por académicos de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, considerando sólo los requerimientos de polinización en Chile, la demanda es de alrededor de un millón de colmenas anualmente (un promedio de 8-10 colonias por hectárea), lo cual es el doble del número de colmenas existentes. Además, se cree que la demanda de servicios de polinización aumentará en el futuro como consecuencia del aumento de cultivos frutícolas y también semilleros que requieran este servicio, junto con la especialización y diferenciación de los productos apícolas.

Sin embargo, en últimos años, los apicultores han observado un aumento en el porcentaje de pérdidas invernales, “de hecho, en el período de 2016-2017, las pérdidas fueron cerca del 60% a nivel nacional (datos presentados en la Sociedad Latinoamericana en Investigación en Abejas – SOLATINA), lo cual es muy preocupante”, dijo la académica del Departamento de Producción Vegetal, de la Facultad de Agronomía, Dra. Marisol Vargas.

Ante este escenario, investigadores de Agronomía han logrado adjudicarse diferentes proyectos enfocados en estudios básicos, pero también aplicados. Actualmente la Dra. Marisol Vargas (Viróloga), es investigadora responsable del Proyecto FONDECYT Regular Nº1171781 (2017-2020), titulado: «Chilean Deformed Wing Virus (DWV) population diversity related to the management of Varroa destructor and studies how the native pollen interferes with viral transmission in honeybees». El virus de las alas deformadas (DWV) es uno de los más prevalente y perjudicial en las abejas. “Se ha demostrado que la interacción entre DWV y Varroa destructor, ácaro de mayor importancia en la apicultura, tiene efectos negativos en las abejas, lo cual puede conducir a la pérdida total de una colonia de abeja, especialmente en períodos invernales. En ese sentido, este proyecto tiene como objetivo contribuir al conocimiento de cómo interactúa el complejo DWV-Varroa destructor en colmenares chilenos y también, estudiar si algunos pólenes nativos interfieren o inhiben la transmisión de DWV en la abejas, lo cual a futuro, podría generar herramientas aplicadas para manejar este patógeno”, explicó la especialista.

En una línea similar, el Dr. Nolberto Arismendi, investigador asociado y docente de la asignatura Apicultura de la Facultad de Agronomía, recientemente, se adjudicó un FONDECYT Iniciación Nº 11170088 (2017-2020) titulado: Studies of gut parasites Nosema ceranae and Lotmaria passim interaction and effects of flavonoids on survival, gut microbiome, immunity and physiological-related biomarkers in infected honeybees. Nosema ceranae es uno de los patógenos intestinales comunes en abejas, el cual ha sido asociado con el síndrome del colapso de las colmenas y también, con mortalidades invernales. “De L. passim se tiene muy poca información, pero se cree que también influye negativamente la sobrevivencia de las abejas”, manifestó el Dr. Arismendi, quien junto a sus colaboradores reportó por primera vez a este patógeno en Sudamérica, el cual fue detectado en alta prevalencia en colmenares chilenos.

“El proyecto FONDECYT tiene como objetivo principal evaluar el efecto que podría causar la interacción entre Nosema ceranae y Lotmaria passim en la salud de las abejas, pero también, el efecto por uso de flavonoides de origen natural sobre éstos patógenos y comunidad microbiana intestinal beneficiosa de las de las abejas”, sostuvo el Dr. Arismendi. Este proyecto es una continuación de un FONDECYT postdoctoral del mismo investigador, que busca alternativas amigables para controlar estos patógenos.

Cabe destacar también el proyecto financiado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA, PYT 2017-2021) el cual está enfocado al desarrollo de un bioestimulante probiótico en base a lactobacterias para potenciar el mecanismo de defensa de Apis mellifera frente a los patógenos DWV y Nosema ceranae. “Las abejas tienen una rica microflora que cumple funciones esenciales en el mecanismo de defensa de las abejas y en este proyecto, lo que se ha hecho es aislar, cultivar y seleccionar diferentes lactobacterias de las mismas abejas, desde colmenares situados en el Norte, Centro, Sur e Isla de Pascua, para así generar un prototipo de bioestimulante, el cual podría ser aplicado para manejar éstos patógenos”, explicaron los investigadores, Dra. Marisol Vargas y el Dr. Nolberto Arismendi.

El equipo de trabajo de los Laboratorios de Virología y Sanidad Apícola del Departamento de Producción Vegetal de la UdeC, se ha ido posicionado a nivel nacional e internacional; y participa activamente en la conformación de equipos de investigación con investigadores de otras regiones del mundo para postular en conjunto a fondos concursables multidisciplinarios no sólo para realizar estudios en Apis mellifera, sino también en otros polinizadores de importancia agrícola. Recientemente, parte del equipo de investigación participó en II Workshop SOLATINA (Sociedad Latinoamericana de Investigación en abejas) y XIII Congreso Latinoamericano de Apicultura (FILAPI). En la ocasión se discutieron las temáticas relacionadas a sanidad de polinizadores (Apis y no-Apis) en función de establecer parámetros de investigación en conjunto considerando el capital humano avanzado, equipos e infraestructura de cada país. En FILAPI, los investigadores de la UdeC presentaron diferentes trabajos relacionados con la temática de sanidad y de acuerdo a los proyectos en ejecución previamente mencionados.

Cabe destacar, que la Universidad de Concepción cuenta además con el servicio de análisis de patógenos en abejas.

Por Francisca Olave C.

 

Respondiendo a una invitación de la Universidad de Córdoba,España, el académico Marco Sandoval, desarrolló recientemente diversas actividades docentes y de investigación en calidad de profesor invitado por esta casa de estudios. En este contexto el profesor Sandoval señaló que su estadía comprendió un mes y medio, periodo en el cual le correspondió dar clases en temas relacionados con Edafología (suelos) y también, fue invitado a dar una conferencia en la Universidad de Sevilla en la cátedra de Geografía Física.

El docente catalogó esta experiencia como interesante “porque te permite compartir con colegas del viejo mundo y relacionarse con estudiantes, te permite entender las tendencias y desafíos futuros en la docencia y ciencia, en el ámbito científico. Además la estadía dio tiempo para avanzar en un tema relacionado con los suelos volcánicos de la Patagonia Chilena, trabajo que realizamos con el Dr. José Recio de dicha casa de estudios”.

En la oportunidad el profesor Sandoval también dictó una conferencia en la Real Academia de Córdoba, institución con más de 200 años de existencia. “Responder a esta invitación significó desarrollar una temática sensible para nosotros los chilenos ‘terremotos, tsunami, volcanes y glaciales en una geografía en formación’, lo que me preocupaba era no asustar al auditorio de manera que en el futuro nos visiten, creo que por el interés al final de la exposición conseguí el objetivo, interesar a los oyentes en el tema y motivarlos a visitarnos”, manifestó el académico.

Finalmente Marco Sandoval se refirió a las tareas que deberá asumir, en el mediano plazo, el mundo de la academia y en especial la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción. “En lo científico publicar nuestros trabajos e incrementar nuevos proyectos. En lo académico esperamos la visita de docentes desde España para fortalecer el programa de Doctorado en Ciencias de la Agronomía, viajar en septiembre de este año a cumplir con los compromisos adquiridos, y favorecer estadías de estudiantes de postgrado”.

El próximo martes 24 de marzo, académicos de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, realizarán el lanzamiento oficial del primer Laboratorio Enológico de la región, iniciativa que se concreta luego de presentar al Fondo de Innovación para la Competitividad, (FIC) del Gore Bío-Bío, el proyecto denominado “Fortalecimiento al Laboratorio Enológico de la Universidad de Concepción, FIC-UDEC”, logrando recursos por 100 millones de pesos.

De acuerdo a lo explicado por Guillermo Pascual coordinador del proyecto, “se trata de una iniciativa que requiere de aproximadamente 200 millones de pesos. Cien millones nos los adjudicamos del FIC y los otros 100 millones de pesos, son aportes de la misma universidad, tanto en dinero como en recursos humanos, infraestructura y equipamiento para desarrollar esta iniciativa que actualmente ya cuenta con la infraestructura, el lugar físico, las redes de agua, gas, el inmobiliario, y todo lo necesario para su funcionamiento”.

La importancia de este laboratorio radica en que se podrá contar con análisis detallado de información enológica y también certificación y control de calidad de los vinos. “La idea es poder certificar vinos a nivel país, pero principalmente a nivel de la región, porque nosotros como región no tenemos ningún laboratorio de este tipo y todos los productores y empresarios tienen que enviar sus muestras a Talca, Curicó o Santiago lo que conlleva una pérdida de la calidad de la muestra y una demora en la entrega de los resultados. Entonces nuestro laboratorio busca ser el primero en su tipo en esta zona pero además apunta a poder aumentar la rapidez de respuesta en el estudios de los análisis”, manifestó el ingeniero agrónomo, Guillermo Pascual.

El proyecto que tiene una duración de 24 meses, se encuentra en el proceso de implementación, aunque ya está operativo para análisis básicos. En este sentido, Guillermo Pascual sostuvo que, “nosotros ya estamos recibiendo muestras, pero en el tema de la certificación aún queda un poco porque debemos certificarnos ante el Servicio Agrícola y Ganadero, (SAG), proceso que dura alrededor de 2 años, luego de eso podremos emitir boletines de exportación, que es lo que realmente certifica el SAG, para que los productores puedan exportar. En estos momentos nosotros estamos haciendo análisis básicos, es decir medición de alcohol, acidez total y volátil, PH, sulfuroso libre, azúcar, cenizas, extractos secos y en general, hacemos análisis de rutina que ayudan para la toma de decisiones al momento de estar vinificando o embotellando un vino”.

Por su parte, Alejandro Chandía jefe del proyecto puso énfasis en la importancia de este nuevo laboratorio en la UdeC. “Contaremos con los servicios que el agricultor y las bodegas enológicas necesitan para poder salir al mercado internacional y nacional. Entonces como en la región no teníamos un laboratorio de estas características, ahora serán muchísimo más rápido los tiempos de respuesta y la confidencialidad entre el laboratorio y el cliente. Nosotros estamos convencidos que este laboratorio será una herramienta importante para los empresarios vitivinícolas, pero por sobre todo para los pequeños y medianos productores quienes podrán mejorar sus niveles de producción y para que las bodegas que puedan y tengan un volumen importante que exportar hagan sus análisis con nosotros. Esa es la esencia del porqué nos enfocamos en este laboratorio, porque no existían las competencias, había una pérdida de competitividad del sector vitivinícola de la zona, producto de la falta de un laboratorio de este tipo”.

Sobre la trascendencia de este Laboratorio Enológico, Guillermo Pascual agregó que “es un paso importante para el Departamento de Producción Vegetal de la Facultad de Agronomía y para la Universidad porque es el primer laboratorio en su tipo a nivel regional y porque servirá para que nuestros alumnos puedan desarrollar investigaciones dentro del área enológica, sin dejar de lado la parte vitivinícola que es un área que ha sido bastante estudiada”.

Al evento del próximo 24 de marzo, que se desarrollará en dependencias del Campus Chillán de la Universidad de Concepción, asistirán autoridades regionales, representantes de entidades como el SAG, INDAP, empresario y productores vitivinícolas, además de invitados especiales, quienes podrán conocer que este laboratorio en una primera etapa estará dedicado al estudio de la parte físico-químico de los vinos, para luego evolucionar al estudio de la parte microbiológica del vino.

Realizar una conferencia y alguna tareas de investigación sobre la toxicología ambiental, son algunas de las actividades que desarrollará en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, el Dr. Juan Carlos Sánchez-Hernández, académico de la Facultad de Ciencias Ambientales y Bioquímica de la Universidad de Castilla-La Mancha en Toledo, España. Como profesor visitante del Programa Doctorado en Ciencias de la Agronomía de la UdeC, el doctor estará aproximadamente un mes en el Campus Chillán donde ya realizó una charla sobre “La lombriz de tierra como fuente de enzimas detoxificantes en el suelo”.

En este sentido Sánchez-Hernández explicó que, “mi área de estudios es la toxicología ambiental o ecotoxicología, que básicamente trata de entender todos los mecanismos y procesos que ocurren cuando las sustancias contaminantes como pesticidas, hidrocarburos o metales se liberan al medio ambiente, en mi caso en concreto en el suelo y toda la fauna que se desarrolla en el mismo. Concretamente nosotros en Toledo lo que estamos estudiando son una serie de actividades enzimáticas o de proteínas en el suelo, cuya función es la de amortiguar o proteger del impacto de los pesticidas concretamente un grupo que se denomina organofosforados que casualmente en Chile están entre los grupos de fitosanitarios más utilizado para el control químico de las plagas. Hemos visto en el laboratorio de mi facultad que este tipo de enzimas son capaces de bloquear con bastante eficacia a estos pesticidas, evitando que sean tóxicos para otras componentes del suelo como por ejemplo los microorganismos. Me faltaba observar si esos fenómenos que estamos viendo con resultados preliminares en el laboratorio, verificarlos en terreno y ahí fue cuando decidí contactarme con esta facultad, por la experiencia que cuenta este departamento en esta materia”.

Para el director del Departamento de Suelos y recursos Naturales de la Facultad de Agronomía, Dr. Erick Zagal un aspecto importante en la visita del experto español se relaciona también con el tipo de suelos que existe en nuestro país. “Especialmente aquellos de origen volcánico que tienen propiedades distintas. Entonces es particularmente interesante de evaluar también si podemos replicar algunos de los estudios que están hechos en suelos no volcánicos para aplicarlo a suelos de estas condiciones y desde ese punto de vista, nosotros siempre como país ofrecemos este sustrato que es distinto y que despierta el interés de la comunidad científica internacional, porque es un suelo muy especial. Entonces es un desafío para el Dr. Juan Carlos pero también
para nuestra facultad”.

AGROECOSISTEMA

Avanzar en el estudio del impacto de los plaguicidas en el suelo es una de las tareas a las que se abocará el Dr. Sánchez-Hernández. “Cuando se aplican los plaguicidas en el agroecosistema los efectos secundarios, más allá del control de las plagas, pueden ser muy diversos. Desde la contaminación de las aguas superficiales o subterráneas a la acumulación en las plantas. Todo esto depende del tipo de cosecha, de las dosis que se aplican, incluso, de la forma en que se aplican. Todo esto hace, junto con el suelo como sumidero de pesticidas, que haya que tener un control de fitosanitario. Yo no estoy en contra de los fitosanitarios, casi que los protejo porque son necesarios, pero para no llegar al mal uso y abuso hay que echar mano de una serie de herramientas que ayuden al gestor a controlar la aplicación de éstos. Ahí podríamos jugar un papel importante suministrando información, ser un apoyo científico que creo que la sociedad demanda en estos temas”.

Finalmente el Dr. Marco Sandoval, director del Programa de Doctorado en Ciencias de la Agronomía, señaló que “el Dr. Juan Carlos ya ha comenzado a trabajar con dos tesistas de la Facultad de Agronomía, y es importante agregar que la idea es aprovechar al máximo su visita porque también se abren las posibilidades de vinculación y de intercambio entre ambas universidades tanto para los estudiantes como para los académicos. Es una realidad que ya tenemos con universidades de México, Estados Unidos y otras universidades de España y ahora queremos fortalecerla con la Universidad de Castilla-La Mancha”.

Objetivo del curso
Examinar los distintos tipos de residuos que se generan en actividades de producción agropecuaria  u otras actividades industriales; así como transformaciones y procesos de tipo biológico y/o químico que permitan la aplicación sostenible de estos subproductos en la agricultura.

Público objetivo
El curso está dirigido a estudiantes de postgrado y profesionales afines con la temática del curso.

Descripción
El curso aportará conocimiento y antecedentes asociados a la valorización de residuos que provienen de actividades productivas en el sector agropecuario, desde la población, u otras actividades industriales, para su uso en agricultura.

Nelson Zapata SM
Ing. Agrónomo Dr.
Departamento de producción vegetal
Facultad de Agronomía Universidad de Concepción nzapata@udec.cl

Situación y comercio mundial de maní

El maní (Arachis hypogaea L.) es una leguminosa que se cultiva en climas templados, subtropicales y tropicales de todo el mundo, la superficie mundial actual alcanza a 20 millones de hectáreas con un rendimiento promedio de 15 qqm/ha. El grano de esta leguminosa es una excelente fuente energética y proteica, contiene 20-30% de proteínas, 45-54% de aceite y entre 10-16% de carbohidratos. Además el follaje de este cultivo es muy valorado como forraje para el ganado. La semilla de maní se produce y comercializa como materia prima de la industria aceitera y para consumo humano directo, por tanto los parámetros de calidad y tipificación que rigen para cada uno de ellos resultan muy diferentes. Los consumidores habituales de maní y productos elaborados con el mismo, se benefician con una mayor ingesta de vitamina E y acido fólico, además de magnesio, zinc, hierro, grasas monoinsaturadas (que son cardioprotectoras) y fibra. Es quizás, dada estas características de alimento funcional del grano, que la harina de maní tiene una importante demanda internacional, considerando además que posee un elevado contenido de proteína, elemento muy requerido por los fabricantes de alimentos balanceados.

 Situación de mercado de  maní en Chile

En cuanto al mercado nacional de maní, el consumo por persona se estima que supera 560 gr/habitante/año. El maní es comercializado con y sin cáscara, pero se estima que el mayor consumo está dado por el maní tostado salado o confitado, sólo o con otras semillas. Otras formas de consumo es a través de productos de chocolatería o transformado en mantequilla. Prácticamente todo el maní que se consume en Chile es importado, ya que la producción nacional apenas alcanza a unas 50 toneladas. Según ODEPA, Chile importa anualmente más de 10.000 toneladas de maní, de las cuales 8.600 corresponden a maní descascarado y del total importado sobre el 90% proviene de Argentina. Analizando esta cifras es fácil comprender el enorme espacio de mercado que posee la producción nacional de maní, ya que solamente produce el 0,5% de lo que se importa sin cáscara, pudiendo generar un proceso de sustitución de importaciones. Para sustituir solo el 50% de las importaciones sería necesario sembrar más de2.500 hectáreasanualmente, esto constituiría una oportunidad productiva. Por otra parte, si se consideran los precios del producto importado y el rendimiento que se puede obtener (sobre 2.000 kg/ha), el cultivo de maní puede ser un negocio alternativo de ingresos superiores a otros rubros de la agricultura familiar campesina de Ñuble.

Tecnologías de cultivo

El maní que se cultiva actualmente en el mindo comprende las subespecies hypogaea y fastigiata. A nivel comercial se distinguen principalmente 4 tipos de maní; Runner y Virginia (var. hypogaea), Español (var. vulgaris) y Valencia (var. fastigiata), siendo el tipo Runner el más transado a nivel mundial. En Chile se cultivan los tipos Español y Valencia y compreden lo que denominamos maní chileno, de gran aceptación por su intenso sabor. Esta especie presenta crecimiento herbáceo indeterminado, su altura puede alcanzar entre 45-60 cm, con4 a 5 ramificaciones de importancia, sus hojas son tetrafoliadas, de tamaño y tonalidad variable con el tipo botánico y condiciones ambientales. Las flores del maní son de color amarillo y se desarrollan en nudos foliares sobre las ramificaciones y/o tallo principal dependiendo de la variedad botánica, la floración abarca el 80% del ciclo evolutivo del maní superponiéndose con la fructificación. Una vez ocurrida la fecundación se produce la elongación del ginóforo hasta penetrar en el suelo donde se desarrollan los frutos. Debido a su hábito de crecimiento indeterminado, esta especie produce hojas continuamente sustituyendo las que mueren en detrimento del crecimiento de los frutos o semillas.

El maní es un cultivo de establecimiento primaveral, no tolera heladas y su período vegetativo puede alcanzar los 160 a180 días para genotipos cultivados en Chile, sin embargo también existen genotipos de ciclo corto que abarcan unos 130-140 días. La densidad de siembra es una de las prácticas de manejo que determina la capacidad del cultivo de interceptar recursos, pudiendo llegar a afectar de manera importante la captura y utilización de radiación, agua y nutrientes. La distribución espacial y la densidad de plantas no modifican el desarrollo fenológico de maní, aunque sí afecta la acumulación de materia seca por planta. Independiente de la arquitectura propia de cada cultivar, densidades altas derivan en una menor acumulación de biomasa aérea y de frutos por planta. Poblaciones de 25 a30 plantas m-2 se indican como densidades óptimas para este cultivo (tipo runner), densidades mayores no mejoran el rendimiento de frutos ni los ingresos económicos. El cultivo de maní presenta un crecimiento inicial lento, una densidad de plantas adecuada implica que el maní ocupe rápidamente la totalidad del espacio disponible, logre un mejor crecimiento temprano. También se debe considerar que en condiciones ideales de cultivo, un número de plantas inferior al óptimo afecta sensiblemente el rendimiento, por el contrario el exceso de plantas no disminuye el rendimiento, pero aumenta el costo de establecimiento por concepto de semilla.

La fecha óptima de siembra de este cultivo está relacionada con la temperatura del suelo y varía en cada región, mientras antes se siembre mayor será el tiempo durante el cual acumule biomasa, lo cual permitirá obtener un mayor rendimiento. Si se considera que un cultivo de maní acumula biomasa y crece gracias al proceso de fotosíntesis, es de primera importancia contar con gran área foliar alto lo antes posible para interceptar el máximo de radiación solar. El área foliar está dado por la densidad de plantas que se establece, es decir la dosis de semilla que se siembra por unidad de superficie, para variedades más precoces se requiere densidades más altas. En Chile no se ha investigado el efecto de fecha y densidad de establecimiento, los agricultores maniceros establecen su cultivo según sus propias experiencias. La productividad que pueda alcanzar un cultivo de maní no sólo está en función de factores ambientales como temperatura y radiación, sino que también depende del contenido de humedad y nutrientes presentes en el suelo y factores de manejo agronómico, tales como la sanidad. Evidentemente, la producción del cultivo está supeditada al factor más limitante, por lo cual debemos esforzarnos en manejar armónicamente todos los factores para maximizar la productividad y obtener el mayor retorno económico posible.

Como todas las leguminosas, el maní tiene la capacidad de fijar nitrógeno del aire mediante bacterias simbiontes que pueden aportar más de 50-100 kgde nitrógeno por hectárea, lo cual se traduce en un gran ahorro de dinero para los agricultores. Sin embargo, para que esto sea posible se debe inocular la semilla de maní con cepas de bacterias de alta eficiencia, las cuales en nuestro país deben evaluarse ya que no existen en el mercado. En Argentina ésta es una práctica habitual y ha demostrado ser muy efectiva. Las cepas de Bradyrhizobium deben ser capaces de sobrevivir y actuar eficientemente en los diferentes suelos donde se siembre maní.

Debido a su crecimiento relativamente lento en sus inicios, el maní requiere un muy buen control de malezas en esta etapa, considerándose los primeros30 a75 días después de siembra como el período más sensible. En esta labor los herbicidas son de gran ayuda, desgraciadamente en Chile no existen herbicidas recomendados para este cultivo, por lo que deben evaluarse diferentes productos para que puedan ser aplicados con la seguridad de que no van a dañar el cultivo. Por su similitud con el cultivo, las malezas de hoja ancha son las más difíciles de controlar, entre las especies de hoja ancha habituales en este cultivo se encuentran chamico, quinhuilla, bledo, correhuela, verdolaga, malva, entre otras. Ingredientes activos tales como Bentazón, Fomesafén, Imazethapyr, entre otros son recomendados para maní en Argentina para el control de malezas de hoja ancha, estos productos se comercializan en Chile y se recomiendan para algunos cultivos, por lo que podrían emplearse en maní, previa evaluación de dosis selectivas para nuestras condiciones de suelo.

Una vez que la planta de maní florece sus ovarios fecundados se elongan hasta penetrar en el suelo, una vez allí, subterráneamente se forman y maduran sus frutos, por lo tanto es necesario aporcar el cultivo. Esta especie es de crecimiento indeterminado, floreciendo durante un largo período de tiempo, por lo tanto los frutos no maduran homogéneamente, por lo mismo,  es importante determinar el momento óptimo en el cual cosechar para no perder frutos sobre maduros por desprendimiento al arrancar tardíamente o tener una alta proporción de frutos inmaduros si se arranca anticipadamente. Entre el 65-70% de las vainas deben estar maduras para iniciar la cosecha, si se calculan los grados día acumulados desde la siembra hasta el momento de la cosecha se tendrá una buena referencia para estimar el momento óptimo de cosecha de la variedad sin necesidad de muestrear. La ubicación subterránea de los frutos de este cultivo plantea ciertas dificultades para su cosecha. Esta se inicia arrancando las plantas, lo cual puede efectuarse manualmente o con arados específicos que arranquen las plantas y las dejen invertidas sobre el suelo y así permitir el secado de las vainas. La labor posterior al arrancado, que consiste en separar las vainas de las plantas se puede efectuar manualmente, esto implicaría una importante demanda de mano de obra, la cual podría ser suplida con la existente en la Agricultura Familiar Campesina. Este cultivo ha demostrado ser muy versátil en términos de grados de mecanización con los que se le puede cultivar, a gran escala su desarrollo se realiza completamente mecanizado.

 

Investigación para mejorar el cultivo

En la Facultad de Agronomía dela Universidad de Concepción llevamos ya varias temporadas evaluando diferentes genotipos de maní Chileno y estudiando diferentes factores que inciden en el rendimiento y calidad. Esta temporada tenemos previsto realizar estudios de fecha y densidad de siembra y selección de herbicidas. Estos trabajos los estamos realizando con la ayuda de estudiantes tesistas de pregrado y postgrado y son financiados con fondos otorgados por la Dirección de Investigación dela Universidad de Concepción. De igual modo estamos trabajando en la selección de variedades que presenten mayores rendimientos y semillas de mayor tamaño, esperamos muy pronto tener disponibles materiales seleccionados para los agricultores interesados.

Considerando que actualmente Chile destaca mundialmente por ser el principal productor y exportador de manzanas a nivel del hemisferio sur, transformándose en la segunda especie en importancia económica a nivel nacional, de vital importancia resultan las ideas innovadoras que ayuden a mejorar la sustentabilidad productiva en este cultivo frutal.

Es así como destaca el proyecto que lidera el académico Dr.Richard Bastías, de la Facultad de Agronomía del Campus Chillán de la Universidad de Concepción, ya que se trata de una iniciativa que busca prevenir el daño que ocasionan
factores climáticos en la producción de manzanas y otros frutales y a su vez mejorar la rentabilidad de estos cultivos.

HERRAMIENTA AGRICOLA

Según lo explicado por el profesional, “la manzana en Chile ha tenido un problema importante y recurrente por años, y se relaciona con el daño que provoca el exceso de radiación y altas temperaturas en la fruta. La manzana es muy sensible a la quemadura por sol (golpe de sol), y hoy este problema se ha acentuado más, principalmente por efecto de las altas temperaturas. Algunos relacionan este problema con el cambio climático y será cada vez más grave, producto de que muchos huertos actuales se están plantando en mayor densidad, es decir, árboles más pequeños, con menos follaje y en donde la fruta queda mucho más expuesta a la radiación directa entonces la fruta se quema más. Y además hay un aspecto genético en el que las variedades nuevas que hemos estado introduciendo como país, son variedades muy sensibles a este
problema. Por ejemplo, ‘Fuji’ y ‘Pink Lady’ son 2 variedades muy top que exportamos en manzanas, pero muy sensibles al daño por sol, a tal nivel que se puede perder hasta el 40% de la producción, por el daño que provoca la radiación solar”, explicó Bastías.

Frente a esto hoy en día los huertos nuevos de manzanos se están plantado bajo malla, para evitar que reciban la radiación directa, para bajar la temperatura y reducir el daño por sol e incluso para proteger al fruto de posibles
granizadas.

“Una de las tendencias en los últimos años es crecer y plantar manzanos hacia la precordillera y hacia el sur del país, eso nos pone en mayor riesgo en el tema de granizadas, que si ocurre en el periodo de floración o en frutos pequeños, puedes perder parte importante de la producción. Entonces también se están usando las mallas para proteger los huertos de las granizadas”.

MALLAS DE COLOR

Lo novedoso del proyecto que realiza el profesor Batías, es que además de entregar información sobre lo que sucede bajo las mallas en cuanto al microclima y los efectos positivos y negativos de su utilización es que abordan una nueva arista, el uso de mallas de colores. “Estamos estudiando una tecnología nueva con mallas foto-selectivas o mallas de color. Con estas mallas  se modifica el espectro de luz sobre los huertos, para modificar ciertos procesos fisiológicos del árbol que mejoran su potencial productivo. La idea es
determinar los beneficios que podemos obtener, porque piensa que la inversión en estos huertos es alta, de alrededor de 15 a 20 mil dólares por hectárea (sin el costo del suelo), por la densidad de plantación (2 mil a 3 mil plantas por hectárea) y porque los huertos son modernos y el costo de
colocar plantas con mallas, significa un adicional de 10 mil dólares más, entonces como es un costo de inversión alta se justifica buscar mallas que te permitan obtener beneficios adicionales”, explicó el profesional que desarrolla la investigación con financiamiento de la vicerrectoría de la UdeC y en convenio con privados.

Esta tecnología desarrollada en Israel, aún no está validada en Chile, de ahí la importancia de este proyecto, que ya está arrojando luces de los beneficios de utilizar mallas de colores. “La mallas de color que pueden ser roja, amarilla o azul, modifican el espectro de la luz solar, cambiando la morfogénesis y fisiología del árbol, entonces podríamos

aumentar el rendimiento, controlar el crecimiento de la planta de manera de reducir costos de poda, raleo y aumentar la eficiencia del uso del agua. Entonces esa es nuestra apuesta”, puntualizó Bastías.

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