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Uno de los aspectos importantes dentro de la agricultura es la eliminación del uso de herbicidas para realizar el proceso de transición a la agricultura orgánica o la mantención de ésta. Entre las posibles medidas a implementar está el corte y control de malezas, el recubrimiento del suelo, el uso de coberturas vivas de protección y el pastoreo animal, destacando actualmente también la propuesta de un equipo multidisciplinario de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, que promueve el control biológico de malezas a través del uso de aves, específicamente gansos.

El ganso (Anser anser var. domesticus) es un herbívoro que tiende naturalmente al pastoreo, condición que lo convierte en un buen controlador de malezas. Así lo explicaron los académicos que lideran la investigación Dr. Hernán Rodríguez, Dr. Jorge Campos, Dr. Víctor Lionel Finot y la Dra© Rita Astudillo Neira, académicos y colaboradora del Departamento de Producción Animal de Agronomía UdeC, respectivamente.

“El objetivo de este trabajo es proponer una metodología para el control de malezas utilizando gansos en huertos de frutales de Chile central. Para esto fue diseñado un ensayo de campo utilizando como modelo productivo una viña orgánica”, precisó el Dr. Hernán Rodríguez Ríos.

Según lo explicado por los académicos, la propuesta metodológica incluyó identificación y pesaje de los gansos cada 15 días, para estimar parámetros productivos, mientras de forma paralela se establecía la altura de malezas óptima para el ingreso de los gansos y se realizó identificación y cuantificación de malezas consumidas. “Se recomienda estimar la cobertura de la vegetación y el porcentaje de malezas no palatables para determinar la carga animal, proporcionar agua a libre disposición, sombra, protección contra los depredadores y suplementación para evitar disminuciones de peso”, indicó el Dr. Hernán Rodríguez.

Dentro de los aspectos importantes que reveló este ensayo, está el consumo preferencial por parte de los gansos de las gramíneas maicillo y pasto bermuda, y el consumo de plantas inmaduras de las familias Cyperaceae y de hoja ancha. Los investigadores también señalaron que el control de maleza debe realizarse de preferencia con aves jóvenes, ya que son más activos, pudiendo consumir hasta un kilogramo de pastura por día, además de requerir control de las especies de malezas no consumidas por los gansos.

En general, el uso de gansos como controlador biológico tiene una serie de ventajas, como ahorro de herbicidas y labores de desmalezamiento constante, ya que van consumiendo las malezas a medida que brotan. Tiene una gran adaptación a climas cálidos como a fríos aun en sistemas al aire libre. “Pero, a pesar de su gran capacidad de adaptación, el ganso no ha sido explotado comercialmente en Chile en los niveles que ha alcanzado la empresa avícola

de aves de carne. La explotación comercial se reduce en la actualidad a países de Europa como Alemania, Austria y Francia; y de Asia. En Chile, el ganso está más bien destinado al autoabastecimiento, en un sistema de producción artesanal”, puntualizaron los académicos quienes apuntan a que esta forma de control de malezas sería una alternativa sobre todo para la agricultura familiar campesina.

Luego de someterse voluntariamente a una serie de pruebas desarrolladas por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, el Laboratorio de Nutrición Animal de la Facultad de Agronomía de la
Universidad de Concepción, obtuvo una óptima evaluación.
Representantes de este laboratorio participaron del proyecto denominado “Pruebas de Anillo”, el que también debieron desarrollar los 117 laboratorios de 45 países que se inscribieron, entre ellos Argentina, Brasil, y principalmente laboratorios de Asia y Europa.

“De Chile participaron tres laboratorios y quedamos finalmente nosotros con un 100% de las pruebas aprobadas”,
explicó la académica del Departamento de Producción Animal, Pamela Williams, quien agregó que, “hubo dos pruebas: la muestra uno era alimento para rumiantes y la muestra dos era alimento para monogástricos. En ambas dietas se evaluó contenido de humedad, cenizas totales, cenizas insolubles en ácido, proteína cruda, fibra cruda, extracto etéreo. En alimentos para rumiantes, evaluó fibras detergente neutra, que consiste en la suma de celulosa, hemicelulosa y lignina, y la fibra detergente acida, que corresponde a lignocelulosa; además de digestibilidad de proteínas y del contenido de lignina”.

Cabe señalar que el Laboratorio de Nutrición Animal de la Facultad de Agronomía tiene implementadas las técnicas para análisis de alimentos para monogástricos, es decir para perros, cerdos y aves y para rumiantes como ovejas, cabras y vacas e incluso tienen todo lo básico para el etiquetado de alimentos humanos. “Y lo que nosotros no hacemos, lo enviamos a los laboratorios de la Universidad que si lo realizan, como el de bromatología en la Facultad de Farmacia, el de Ciencias Oceanográficas para los análisis de perfiles de ácidos grasos o de aminoácidos; y a los laboratorios de microbiología de las Facultades de Ciencias Veterinarias y de Ingeniería
Agrícola”, precisó Williams.

Tras el exitoso resultado la académica destacó las implicancias de obtener este logro. “Esta prueba a nosotros
nos deja en muy buen pie como laboratorio no solo de docencia e investigación, sino también como laboratorio de servicio a la comunidad, a los agricultores y a las empresas que necesitan etiquetar sus productos, ya que nosotros sometimos nuestra capacidad analítica a la evaluación y comparación con otros laboratorios y significa que nosotros estamos trabajando en condiciones óptimas, que nuestros resultados son confiables, porque al evaluar nuestras técnicas, se obtuvo los mismos resultados que obtuvo FAO en su laboratorio control y en otros laboratorios de estas características”.

OBJETIVO

La FAO hizo por primera vez la convocatoria para este tipo de pruebas a nivel mundial, “porque en realidad ellos quieren ver el grado de profesionalización y hacia a dónde está yendo la agricultura en términos de Nutrición Animal y en general, pues es la agricultura es la actividad que provee de alimentos al mundo y de eso es lo que se encarga la FAO”,dijo Williams.

El propósito y objetivo de esta prueba es demostrar el rendimiento y capacidad de los laboratorios en el análisis
de los alimentos. El Laboratorio de Nutrición Animal ya había participado anteriormente en pruebas similares a nivel nacional, donde también se confirmó la buena calidad del trabajo que allí se desarrolla. “La primera vez lo hicimos con el Consorcio Lechero, quienes también hicieron un proyecto de homologación de técnicas de análisis para alimentos para vacas y participaron alrededor de 10 laboratorios a nivel nacional y también nos fue bastante bien, alcanzando los rangos de asertividad en nuestras mediciones que son bien precisos”, explicó Williams.

Finalmente la analista del laboratorio Janicia Venegas, puso énfasis en lo que significa este logro ante la FAO.
“Significa confianza en la analítica que estamos haciendo, confianza en los resultados de investigación que estamos entregando y confianza en los resultados de servicio que estamos prestando a la comunidad. Por lo tanto pueden traernos sus muestras con confianza porque tanto nacional como internacionalmente tenemos resultados confiables que nos dejan contentos”.

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