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Guiados por los académicos, Dres. Nelson Zapata y Abdelhalim Khaled, estudiantes que cursan la asignatura de Cultivos, se encuentran realizando un trabajo práctico con especies de temporada.

El Dr. Nelson Zapata sostuvo que, “la idea es acercar a los estudiantes a las aplicaciones prácticas de lo que solemos pasarles como materia respecto del manejo agronómico, de tal forma que ellos puedan dimensionar cómo es la situación respecto de reconocer las malezas que están presentes en los cultivos, saber diferenciarlas y que en el fondo conozcan el detalle de situaciones que después podrán ver como profesionales. La actividad comprende que establezcan parcelas experimentales para hacer seguimiento de cultivos de esta temporada como papas, remolacha y achicoria, en una primera etapa y en una segunda etapa, establecerán maravilla, tabaco, porotos y maíz”.

Por su parte el Dr. Abdelhalim Khaled precisó que en las clases teóricas se refieren a la morfología y la botánica de los cultivos así como también el manejo agronómico, “estamos enseñándoles desde la selección de las semillas o la variedad, hasta la cosecha, pasando por riego, manejo de enfermedades, fertilizantes, entre otros aspectos que ahora deben poner en práctica en terreno”.

De acuerdo con lo explicado por los académicos los y las estudiantes deberán presentar al finalizar el año un informe detallado sobre el trabajo agronómico que desarrollaron de forma práctica, durante este segundo semestre.

Cabe destacar que las clases son desarrolladas en el campo experimental El Nogal en el Campus Chillán y en el campo de prácticas de la UdeC, en Concepción.

– Académica e ingeniera agrónoma de la Universidad de Concepción, Dra. Susana Fischer, se refiere a las especies que son ideales para plantar en esta época.

Éste es el momento preciso para comenzar a plantar diversas verduras u hortalizas que no solo inundarán de sabor tus comidas, sino que también llenarán de aromas y colores tus huertos urbanos y/o jardines, así lo explicó la doctora en Ciencias Agropecuarias, Susana Fischer de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción.

Durante la época de primavera-verano (septiembre a febrero) ya sea en huertos urbanos, algunos espacios en jardines o incluso en almácigos podrás sembrar verduras como: albahaca, ajíes, tomates, ciboullet, cilantro, perejil, lechugas, berros, cebollas, acelgas, brócoli, repollo o zanahorias, “incluso se pueden considerar las hierbas medicinales que, además son muy aromáticas como la menta, romero, tomillo, orégano, lavanda, por mencionar algunas especies”, precisó la académica.

La Dra. Susana Fischer agregó que lo importante es que hay que proyectar el trabajo que se realice, al inicio de la primavera ya que se cosechará durante la primavera, hasta fin del verano. “Por ejemplo la lechuga si lo siembran hoy, durante septiembre-octubre, pueden cosecharlo a mediados de noviembre de manera paulatina, hasta mediados de enero”.

ALTERNATIVAS PARA LA SIEMBRA

Uno de los aspectos destacado por la profesional, es la reutilización de materiales para realizar siembras. “Hay que pensar y fomentar la cultura de la reutilización de materiales que sirvan como contenedores o almacigueras, que es donde mejor y más rápidamente crece un cultivo. Posteriormente, cuando estas plántulas tengan cuatro hojas y aproximadamente 10 a 12 cm, con abundantes raíces, podemos traspasarla directamente a la tierra. Un buen ejemplo de contenedor son los envases de yogurt o los contenedores de huevo, o reusar macetas alargadas, incluso, hacer cajas o “cucuruchos” con papel de diario, sirve”.

Luego de tener los contenedores escogidos, el punto trascendental es la tierra. “La calidad de la tierra debe ser buena y por lo mismo una buena opción es el compost o tierra de hoja mezclada con humus, ya que es importante que tenga materia orgánica puesto que favorece el crecimiento de las plantas”.

Aunque es importante aclarar que existen hortalizas que pueden sembrarse en cualquier época del año como la lechuga, betarraga, perejil, zanahoria, espinaca o la acelga, el cuidado deberá estar puesto en la cantidad de agua que se aplique, la temperatura del ambiente y suelo, la exposición solar, la cual siempre es mejor que la planta reciba los rayos solares durante la mañana que la tarde. Por otra parte, y de acuerdo a lo explicado por la Dra. Susana Fischer, es bueno aplicar abonos ricos en nitrógeno, cuando se trata de hortalizas de hojas y para aquellas que producen frutos, abonos ricos en potasio y calcio. “¡Y por cierto el entusiasmo y la paciencia son ingredientes fundamentales, también!”, puntualizó la experta.

En el marco del proyecto FIC Mitigación de Cambio Climático en Microcuencas 40036106-0 que aborda la carencia de un modelo de manejo sustentable, a nivel de microcuenca, para mitigar la degradación de los recursos naturales por efectos del cambio climático, investigadores de la Facultad de Agronomía se encuentran realizando una serie de actividades orientadas a la transferencia de tecnologías y capacidades de gestión para que los productores/as de las microcuencas de Tomeco (Yumbel) y de Raqui Alto (Arauco) desarrollen sus actividades con un enfoque integral y territorial de microcuenca, ajustando sus sistemas de producción conforme a la variabilidad climática actual y futura de la Región.

Entre los principales sistemas productivos que se están abordando, se encuentran los cultivos protegidos y/o en invernaderos, la eficiencia del uso del agua, la recuperación de suelos degradados, la silvicultura preventiva de incendios, y la conservación de la biodiversidad agrícola y forestal.

A un año del proyecto, se han establecido módulos agrícolas y se ha hecho la transferencia a los y las productoras a través de días de campo, charlas técnicas y el estudio de los encadenamientos productivos por parte de los académicos, Dra. Susana Fischer, Dr. Antonio Pinto y Dr. Ricardo Muñoz de Agronomía UdeC, todo apoyado y coordinado por los profesionales del Prodesal Yumbel y del Prodesal Arauco.

Es importante mencionar que por la Facultad de Ciencias Forestales, los académicos Rolando Rodríguez y Rosa Alzamora, están implementando los módulos de manejo de cauces y control de erosión de cárcavas en Yumbel. Así mismo, destacó la Dra. Fischer que, “la profesora Paula Meli de Ciencias Forestales se encuentra levantando información sociocultural de los productores y productoras para que esta transferencia sea efectiva y sustentable, considerando sus enfoques y saberes en relación al cambio climático”.

Cabe señalar que la mayoría de los académicos/as de este proyecto integran la Unidad de Biosistemas Silvoagropecuarios (UBSA) que contempla dentro de sus objetivos contribuir al manejo sustentable de los biosistemas productivos, realizando transferencia tecnológica acorde a las prioridades de la pequeña y mediana propiedad agroforestal, y realizando sugerencias para instrumentos que busquen fomentar y regular la adaptación al cambio climático.

 

 

 

 

 

Debido a que el cambio climático genera variaciones en los gases de la atmósfera, en las temperaturas ambientales y con ello aumenta o disminuye la humedad o la sequía de la tierra, existe una incidencia directa en los insectos plaga y enfermedades, que al mismo tiempo causan impacto en los suelos, cultivos y ecosistemas en general.

Así lo explica el académico del Departamento de Producción Vegetal, Dr. Gonzalo Silva Aguayo. “Los cambios extremos en el clima impactan directamente en la generación y/o dispersión de plagas y enfermedades en las plantas. Por ejemplo, hoy en día se están utilizando coberturas en frutales y cultivos donde se busca disminuir el impacto de los rayos solares o el granizo en los frutos, pero algo está pasando con los insectos abajo. Entonces, en teoría, como los insectos se orientan por la luz y si nosotros estamos filtrando luz a través de las coberturas o mallas para poder disminuir el efecto negativo de la temperatura o del granizo, al mismo tiempo, a lo mejor estamos modificando el microambiente del insecto”.

El experto va más allá y señala que la simple salida del fenómeno de La Niña (luego de 3 años, caracterizándose por el aumento de las temperaturas y por ende las sequías) y la llegada de El Niño (que se asocia a mayores precipitaciones en el centro-sur del país), provocan alteraciones en las plagas y enfermedades de las plantas cultivadas.

“Cualquier factor que cambie las condiciones climáticas va a afectar a los insectos. Chile tiene la característica que por tener un clima mediterráneo, el invierno corta todos los ciclos. Por ejemplo, el invierno que tenemos hace que no tengamos mangas de langostas, que son estas nubes de langostas que se ven en otros países, pues nosotros tenemos el insecto pero por una condición climática, afortunadamente no tenemos mangas, como si se registran en Argentina”, explicó el Dr. Gonzalo Silva, quien además destacó que en este contexto cambiante del clima, debe aplicarse más o menos insecticidas.

“Y cuando llegamos al tema de los insecticidas o biopesticidas tenemos un aspecto complejo que se relaciona con la resistencia. Un colega mexicano me preguntó ¿cuántas veces aplicas insecticida contra la mosca blanca?  y le contesté 3-4 veces al año. Me dijo que él lo aplicaba al menos 18 veces en el año, pero porque allá permanece todo el año, dadas sus condiciones climáticas, por lo que han desarrollado mucha resistencia por el uso frecuente de insecticidas. Afortunadamente, el clima que tenemos en nuestro país hace que tengamos menos plagas y resistencia a los insecticidas. En este ámbito Chile no se compara con los problemas que enfrenta Brasil o México que son países más tropicales, pero ojo que si cambia el clima a uno más seco es beneficioso para las plagas, mientras que un año húmedo lo es para enfermedades”, precisó.

Sobre estas temáticas y sus recientes investigaciones estará exponiendo el Dr. Gonzalo Aguayo en el III Simposio Internacional de Parasitología Agrícola, que se realizará próximamente en la Universidad de Colima en México y donde el académico hará una ponencia magistral sobre el “Efecto del cambio climático y algunos manejos de mitigación de altas temperaturas en la artropodofauna asociada a frutales”.

Por Francisca Olave Campos

Considerando que actualmente Chile destaca mundialmente por ser el principal productor y exportador de manzanas a nivel del hemisferio sur, transformándose en la segunda especie en importancia económica a nivel nacional, de vital importancia resultan las ideas innovadoras que ayuden a mejorar la sustentabilidad productiva en este cultivo frutal.

Es así como destaca el proyecto que lidera el académico Dr.Richard Bastías, de la Facultad de Agronomía del Campus Chillán de la Universidad de Concepción, ya que se trata de una iniciativa que busca prevenir el daño que ocasionan
factores climáticos en la producción de manzanas y otros frutales y a su vez mejorar la rentabilidad de estos cultivos.

HERRAMIENTA AGRICOLA

Según lo explicado por el profesional, “la manzana en Chile ha tenido un problema importante y recurrente por años, y se relaciona con el daño que provoca el exceso de radiación y altas temperaturas en la fruta. La manzana es muy sensible a la quemadura por sol (golpe de sol), y hoy este problema se ha acentuado más, principalmente por efecto de las altas temperaturas. Algunos relacionan este problema con el cambio climático y será cada vez más grave, producto de que muchos huertos actuales se están plantando en mayor densidad, es decir, árboles más pequeños, con menos follaje y en donde la fruta queda mucho más expuesta a la radiación directa entonces la fruta se quema más. Y además hay un aspecto genético en el que las variedades nuevas que hemos estado introduciendo como país, son variedades muy sensibles a este
problema. Por ejemplo, ‘Fuji’ y ‘Pink Lady’ son 2 variedades muy top que exportamos en manzanas, pero muy sensibles al daño por sol, a tal nivel que se puede perder hasta el 40% de la producción, por el daño que provoca la radiación solar”, explicó Bastías.

Frente a esto hoy en día los huertos nuevos de manzanos se están plantado bajo malla, para evitar que reciban la radiación directa, para bajar la temperatura y reducir el daño por sol e incluso para proteger al fruto de posibles
granizadas.

“Una de las tendencias en los últimos años es crecer y plantar manzanos hacia la precordillera y hacia el sur del país, eso nos pone en mayor riesgo en el tema de granizadas, que si ocurre en el periodo de floración o en frutos pequeños, puedes perder parte importante de la producción. Entonces también se están usando las mallas para proteger los huertos de las granizadas”.

MALLAS DE COLOR

Lo novedoso del proyecto que realiza el profesor Batías, es que además de entregar información sobre lo que sucede bajo las mallas en cuanto al microclima y los efectos positivos y negativos de su utilización es que abordan una nueva arista, el uso de mallas de colores. “Estamos estudiando una tecnología nueva con mallas foto-selectivas o mallas de color. Con estas mallas  se modifica el espectro de luz sobre los huertos, para modificar ciertos procesos fisiológicos del árbol que mejoran su potencial productivo. La idea es
determinar los beneficios que podemos obtener, porque piensa que la inversión en estos huertos es alta, de alrededor de 15 a 20 mil dólares por hectárea (sin el costo del suelo), por la densidad de plantación (2 mil a 3 mil plantas por hectárea) y porque los huertos son modernos y el costo de
colocar plantas con mallas, significa un adicional de 10 mil dólares más, entonces como es un costo de inversión alta se justifica buscar mallas que te permitan obtener beneficios adicionales”, explicó el profesional que desarrolla la investigación con financiamiento de la vicerrectoría de la UdeC y en convenio con privados.

Esta tecnología desarrollada en Israel, aún no está validada en Chile, de ahí la importancia de este proyecto, que ya está arrojando luces de los beneficios de utilizar mallas de colores. “La mallas de color que pueden ser roja, amarilla o azul, modifican el espectro de la luz solar, cambiando la morfogénesis y fisiología del árbol, entonces podríamos

aumentar el rendimiento, controlar el crecimiento de la planta de manera de reducir costos de poda, raleo y aumentar la eficiencia del uso del agua. Entonces esa es nuestra apuesta”, puntualizó Bastías.

La actividad fue teórico práctica con la visita a un sistema de riego tecnificado de 121 hectáreas, con aplicación de fertilización a través del riego, en Fundo La Ballica de Bulnes. Participantes recibieron libro «Fertirrigación: Cultivos y Frutales» de Iván Vidal.

Las ventajas que ofrece el fertirriego en los sistemas de riego tecnificado hacen que resulte absurdo no utilizarlo. El ahorro que se produce en fertilizantes y el efecto en los resultados finales es significativo. Con esta tecnología se aumenta la eficiencia en 32% en el uso de nitrógeno; de 17,5% en fósforo y 20% en potasio, comparado con la aplicación convencional. En una siembra de maíz, este ejercicio puede significar el ahorro de 326 kilos sólo en urea, por hectárea. Este fue uno de los temas tratados en el seminario “Fertirrigación de Cultivos con Pivote Central” organizado por la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción.

La primera exposición estuvo a cargo del académico Iván Vidal, autor del libro “Fertilización: Cultivos y Frutales”, editado por el Departamento de Suelos y Recursos Naturales de la Facultad, que se entregó a los asistentes. Entre los ejemplos que se expusieron para demostrar la incidencia económica que puede significar la utilización del fertirriego a través de pivote central, demostrado por la tesis de investigación de R. Arriagada en 2012, en 35 hectáreas de maíz silo, puede significar una diferencia en la utilidad de $5 millones 750 mil al momento de sacar las cuentas finales.

También se dio a conocer una experiencia de Agrícola MP de Melipilla en la temporada 2008-09 con maíz grano en dos paños de características similares de 150 y 165 hectáreas, donde además de notarse una diferencia en costos de fertilización de -$121 mil por hectárea, se apreció un notable aumento de los rindes en el predio con fertirrigación, de 55 quintales de diferencia del paño que recibió fertirriego (200 qq/ha), contra el que recibió fertilización convencional y sólo riego por el pivote (145 qq/ha). En todo caso lo más significativo fue la diferencia en la utilidad final, en que el fertirriego significó $1 millón 241 mil por ha., y el convencional de sólo $515 mil por ha.
Las consideraciones finales de la exposición de Iván Vidal fueron que: “Cuando se dispone de pivote central, la fertirrigación no es una opción, sino una necesidad. La fertirrigación es una técnica muy efectiva para incrementar eficiencia de los fertilizantes y aumentar la producción y calidad de los cultivos”.
Pero también dejó en claro que para utilizar este sistema es fundamental llevar un sistema de monitoreo para minimizar impactos ambientales y económicos. Y también para potenciar la producción, la calidad y la rentabilidad.

Ejemplo elocuente

Álvaro Améstica de Irrifer Ltda. expuso sobre la experiencia del uso de fertirriego con pivote en remolacha, realizada en Los Ángeles, temporada 2011-12 en el predio de Agropecuaria Santa Isabel, en un paño de 62,2 has. El seguimiento reportó que con la tecnología bien aplicada, se logró un rendimiento de 135 toneladas limpias, con una polarización de 17%, lo que significó a pago el equivalente de 147 ton/ha. El costo del cultivo fue de $2 millones 112 mil por hectárea y la utilidad final de $2 millones 122 mil por ha.
La tercera intervención a cargo de Francisco Suárez de Civil Agro, “Automatización y Sistemas de Control de Riego con Pivote” fue de carácter netamente técnico, especificnado aspectos que se deben considerar para el montaje de un sistema de pivote, instrumentos que se utilizan para monitorear los requerimientos del cultivo para programar el riego y otros aspectos de los requerimientos básicos para contar con un sistema efectivo de fertirrigación.
Como complemento a la actividad se montó en los jardines del Campus Chillán una exposición a cargo de las empresas que auspiciaron la actividad, que ofrecen servicios de fertirriego, asesorías, etc., que concitó alto interés de los participantes.

El seminario culminó con una visita al predio La Ballica en Bulnes, donde se mostró un cultivo de maíz grano de la empresa Agrícola Pullami Ltda., con un pivote de 623 metros qye cubre 121,9 hectáreas. Los participantes pudieron conocer antecedentes precisos de la aplicación de fertilizantes y nutrientes a través del riego y acceso al informe de análisis de suelo realizado con anterioridad.

La actividad formó parte del programa se seminarios periódicos de alto nivel que está efectuando esta temporada la facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, que dirige el decano Raúl Cerda.

Publicada el La Discusión, pág 12

Fotografía: Panorama UdeC

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