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Un equipo multidisciplinar de investigadores de la Facultad de Agronomía y de la Facultad de Farmacia, de la Universidad de Concepción y del CEBAS-CSIC (España) lleva varios años estudiando estrategias de elicitación para enriquecer con compuestos bioactivos plantas de la familia de las brassicas, algunas muy consumidas en todo el mundo como el brócoli, rábano, o coliflor; y otras como el yuyo o el rábano silvestre que no están siendo producidas como alimentos en Chile, pero que tienen un altísimo potencial para el desarrollo de nuevos ingredientes.

Si bien son conocidas las propiedades nutricionales del brócoli, de las coles o del rábano, señaló la Dra. María Dolores López Belchí, responsable de esta investigación, desconocido es el mecanismo que lleva a estas plantas a sintetizar más o menos contenido de compuestos beneficiosos para la salud según las condiciones ambientales bajo las que estén sometidas durante su desarrollo.

La investigación de este proyecto Fondecyt Regular, tiene como foco principal buscar estrategias para producir alimentos más saludables. “Esto lo podemos conseguir con la aplicación de moléculas conocidas como elicitores que desencadenan una respuesta defensiva en la planta, sintetizando más compuestos beneficiosos para la salud, como son los glucosinolatos o compuestos fenólicos, siendo estos bien conocidos por su poder antioxidante. En este sentido, podemos utilizar estrategias de elicitación tanto en precosecha como postcosecha”, explicó la académica de la Facultad de Agronomía de la UdeC.

Entre los elicitores más conocidos está el uso de hormonas. Sin embargo, se requiere investigar nuevos elicitores que sean fáciles de manejar y más económicos y a esto se dirige esta investigación. “Hemos evaluado aplicaciones exógenas de distintos elicitores conocidos como metiljasmonato, ácido salicílico, quitosano y otros menos familiares como el agua electrolizada. Hemos sometido a las plantas a distintos factores ambientales, y los resultados han sido claros; generalmente obtenemos alimentos saludables, enriquecidos de compuestos bioactivos llegando a duplicar los contenidos de glucosinolatos o compuestos fenólicos en estas brassicas”, dijo la Dra. López-Belchí.

En el marco de este proyecto de investigación la estudiante del Doctorado en Ciencias de la Agronomía, UdeC, María Trinidad Toro Rojas, ha desarrollado un modelo de redes neuronales artificiales para predecir el comportamiento del rábano, en relación con el contenido de compuestos saludables, cuando se le aplican distintos elicitores o se someten a altas temperaturas.

“En un contexto más realista, no podemos obviar que los futuros cultivos crecerán en ambientes mucho más estresantes que los actuales.  Esto quiere decir que al igual que hay sustancias que mejoran el contenido de compuestos saludables en las brassicas, también hemos visto que hay factores ambientales que pueden disminuir su valor nutricional. Y esto es bastante delicado y requiere mucha más investigación”, comentó la académica, quien agregó que, “el cambio climático y las nuevas condiciones ambientales están afectando a la producción de alimentos.  Se sabe que habrá menos tierra cultivable y se producirán alimentos menos nutritivos. Además, no todas las variedades se van a adaptar bien a estas nuevas condiciones, por lo que se verá mermada la diversidad en la producción de alimentos”.

Frente a este panorama la experta fue tajante. “No podemos pretender producir alimentos saludables sin la amenaza que suponen las altas temperaturas, el aumento de las concentraciones de CO2, la restricción hídrica, los xenobióticos o nuevos contaminantes ambientales como los microplásticos”.

En este sentido, otro estudiante del Doctorado en Ciencias de la Agronomía, que trabaja en el proyecto, Marcelo Illanes Tapia, investiga ciertos factores ambientales o contaminantes que pueden afectar el contenido de compuestos beneficiosos en plantas como el brócoli o la coliflor. “Ya hemos visto cómo los microplásticos podrían afectar disminuyendo el contenido de glucorafanina (precursor de isotiocianatos con beneficios en la salud) en el brócoli. Hemos aprendido que estudios sobre producción de alimentos, salud y cambio climático no deben separarse. Por lo tanto, es de suma importancia conocer las respuestas de estas especies económicamente importantes ante el nuevo paradigma ambiental y con ello contribuir con nuevo conocimiento en materia de seguridad alimentaria”, puntualizó la Dra. López Belchí.

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