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Nelson Zapata SM
Ing. Agrónomo Dr.
Departamento de producción vegetal
Facultad de Agronomía Universidad de Concepción nzapata@udec.cl

Situación y comercio mundial de maní

El maní (Arachis hypogaea L.) es una leguminosa que se cultiva en climas templados, subtropicales y tropicales de todo el mundo, la superficie mundial actual alcanza a 20 millones de hectáreas con un rendimiento promedio de 15 qqm/ha. El grano de esta leguminosa es una excelente fuente energética y proteica, contiene 20-30% de proteínas, 45-54% de aceite y entre 10-16% de carbohidratos. Además el follaje de este cultivo es muy valorado como forraje para el ganado. La semilla de maní se produce y comercializa como materia prima de la industria aceitera y para consumo humano directo, por tanto los parámetros de calidad y tipificación que rigen para cada uno de ellos resultan muy diferentes. Los consumidores habituales de maní y productos elaborados con el mismo, se benefician con una mayor ingesta de vitamina E y acido fólico, además de magnesio, zinc, hierro, grasas monoinsaturadas (que son cardioprotectoras) y fibra. Es quizás, dada estas características de alimento funcional del grano, que la harina de maní tiene una importante demanda internacional, considerando además que posee un elevado contenido de proteína, elemento muy requerido por los fabricantes de alimentos balanceados.

 Situación de mercado de  maní en Chile

En cuanto al mercado nacional de maní, el consumo por persona se estima que supera 560 gr/habitante/año. El maní es comercializado con y sin cáscara, pero se estima que el mayor consumo está dado por el maní tostado salado o confitado, sólo o con otras semillas. Otras formas de consumo es a través de productos de chocolatería o transformado en mantequilla. Prácticamente todo el maní que se consume en Chile es importado, ya que la producción nacional apenas alcanza a unas 50 toneladas. Según ODEPA, Chile importa anualmente más de 10.000 toneladas de maní, de las cuales 8.600 corresponden a maní descascarado y del total importado sobre el 90% proviene de Argentina. Analizando esta cifras es fácil comprender el enorme espacio de mercado que posee la producción nacional de maní, ya que solamente produce el 0,5% de lo que se importa sin cáscara, pudiendo generar un proceso de sustitución de importaciones. Para sustituir solo el 50% de las importaciones sería necesario sembrar más de2.500 hectáreasanualmente, esto constituiría una oportunidad productiva. Por otra parte, si se consideran los precios del producto importado y el rendimiento que se puede obtener (sobre 2.000 kg/ha), el cultivo de maní puede ser un negocio alternativo de ingresos superiores a otros rubros de la agricultura familiar campesina de Ñuble.

Tecnologías de cultivo

El maní que se cultiva actualmente en el mindo comprende las subespecies hypogaea y fastigiata. A nivel comercial se distinguen principalmente 4 tipos de maní; Runner y Virginia (var. hypogaea), Español (var. vulgaris) y Valencia (var. fastigiata), siendo el tipo Runner el más transado a nivel mundial. En Chile se cultivan los tipos Español y Valencia y compreden lo que denominamos maní chileno, de gran aceptación por su intenso sabor. Esta especie presenta crecimiento herbáceo indeterminado, su altura puede alcanzar entre 45-60 cm, con4 a 5 ramificaciones de importancia, sus hojas son tetrafoliadas, de tamaño y tonalidad variable con el tipo botánico y condiciones ambientales. Las flores del maní son de color amarillo y se desarrollan en nudos foliares sobre las ramificaciones y/o tallo principal dependiendo de la variedad botánica, la floración abarca el 80% del ciclo evolutivo del maní superponiéndose con la fructificación. Una vez ocurrida la fecundación se produce la elongación del ginóforo hasta penetrar en el suelo donde se desarrollan los frutos. Debido a su hábito de crecimiento indeterminado, esta especie produce hojas continuamente sustituyendo las que mueren en detrimento del crecimiento de los frutos o semillas.

El maní es un cultivo de establecimiento primaveral, no tolera heladas y su período vegetativo puede alcanzar los 160 a180 días para genotipos cultivados en Chile, sin embargo también existen genotipos de ciclo corto que abarcan unos 130-140 días. La densidad de siembra es una de las prácticas de manejo que determina la capacidad del cultivo de interceptar recursos, pudiendo llegar a afectar de manera importante la captura y utilización de radiación, agua y nutrientes. La distribución espacial y la densidad de plantas no modifican el desarrollo fenológico de maní, aunque sí afecta la acumulación de materia seca por planta. Independiente de la arquitectura propia de cada cultivar, densidades altas derivan en una menor acumulación de biomasa aérea y de frutos por planta. Poblaciones de 25 a30 plantas m-2 se indican como densidades óptimas para este cultivo (tipo runner), densidades mayores no mejoran el rendimiento de frutos ni los ingresos económicos. El cultivo de maní presenta un crecimiento inicial lento, una densidad de plantas adecuada implica que el maní ocupe rápidamente la totalidad del espacio disponible, logre un mejor crecimiento temprano. También se debe considerar que en condiciones ideales de cultivo, un número de plantas inferior al óptimo afecta sensiblemente el rendimiento, por el contrario el exceso de plantas no disminuye el rendimiento, pero aumenta el costo de establecimiento por concepto de semilla.

La fecha óptima de siembra de este cultivo está relacionada con la temperatura del suelo y varía en cada región, mientras antes se siembre mayor será el tiempo durante el cual acumule biomasa, lo cual permitirá obtener un mayor rendimiento. Si se considera que un cultivo de maní acumula biomasa y crece gracias al proceso de fotosíntesis, es de primera importancia contar con gran área foliar alto lo antes posible para interceptar el máximo de radiación solar. El área foliar está dado por la densidad de plantas que se establece, es decir la dosis de semilla que se siembra por unidad de superficie, para variedades más precoces se requiere densidades más altas. En Chile no se ha investigado el efecto de fecha y densidad de establecimiento, los agricultores maniceros establecen su cultivo según sus propias experiencias. La productividad que pueda alcanzar un cultivo de maní no sólo está en función de factores ambientales como temperatura y radiación, sino que también depende del contenido de humedad y nutrientes presentes en el suelo y factores de manejo agronómico, tales como la sanidad. Evidentemente, la producción del cultivo está supeditada al factor más limitante, por lo cual debemos esforzarnos en manejar armónicamente todos los factores para maximizar la productividad y obtener el mayor retorno económico posible.

Como todas las leguminosas, el maní tiene la capacidad de fijar nitrógeno del aire mediante bacterias simbiontes que pueden aportar más de 50-100 kgde nitrógeno por hectárea, lo cual se traduce en un gran ahorro de dinero para los agricultores. Sin embargo, para que esto sea posible se debe inocular la semilla de maní con cepas de bacterias de alta eficiencia, las cuales en nuestro país deben evaluarse ya que no existen en el mercado. En Argentina ésta es una práctica habitual y ha demostrado ser muy efectiva. Las cepas de Bradyrhizobium deben ser capaces de sobrevivir y actuar eficientemente en los diferentes suelos donde se siembre maní.

Debido a su crecimiento relativamente lento en sus inicios, el maní requiere un muy buen control de malezas en esta etapa, considerándose los primeros30 a75 días después de siembra como el período más sensible. En esta labor los herbicidas son de gran ayuda, desgraciadamente en Chile no existen herbicidas recomendados para este cultivo, por lo que deben evaluarse diferentes productos para que puedan ser aplicados con la seguridad de que no van a dañar el cultivo. Por su similitud con el cultivo, las malezas de hoja ancha son las más difíciles de controlar, entre las especies de hoja ancha habituales en este cultivo se encuentran chamico, quinhuilla, bledo, correhuela, verdolaga, malva, entre otras. Ingredientes activos tales como Bentazón, Fomesafén, Imazethapyr, entre otros son recomendados para maní en Argentina para el control de malezas de hoja ancha, estos productos se comercializan en Chile y se recomiendan para algunos cultivos, por lo que podrían emplearse en maní, previa evaluación de dosis selectivas para nuestras condiciones de suelo.

Una vez que la planta de maní florece sus ovarios fecundados se elongan hasta penetrar en el suelo, una vez allí, subterráneamente se forman y maduran sus frutos, por lo tanto es necesario aporcar el cultivo. Esta especie es de crecimiento indeterminado, floreciendo durante un largo período de tiempo, por lo tanto los frutos no maduran homogéneamente, por lo mismo,  es importante determinar el momento óptimo en el cual cosechar para no perder frutos sobre maduros por desprendimiento al arrancar tardíamente o tener una alta proporción de frutos inmaduros si se arranca anticipadamente. Entre el 65-70% de las vainas deben estar maduras para iniciar la cosecha, si se calculan los grados día acumulados desde la siembra hasta el momento de la cosecha se tendrá una buena referencia para estimar el momento óptimo de cosecha de la variedad sin necesidad de muestrear. La ubicación subterránea de los frutos de este cultivo plantea ciertas dificultades para su cosecha. Esta se inicia arrancando las plantas, lo cual puede efectuarse manualmente o con arados específicos que arranquen las plantas y las dejen invertidas sobre el suelo y así permitir el secado de las vainas. La labor posterior al arrancado, que consiste en separar las vainas de las plantas se puede efectuar manualmente, esto implicaría una importante demanda de mano de obra, la cual podría ser suplida con la existente en la Agricultura Familiar Campesina. Este cultivo ha demostrado ser muy versátil en términos de grados de mecanización con los que se le puede cultivar, a gran escala su desarrollo se realiza completamente mecanizado.

 

Investigación para mejorar el cultivo

En la Facultad de Agronomía dela Universidad de Concepción llevamos ya varias temporadas evaluando diferentes genotipos de maní Chileno y estudiando diferentes factores que inciden en el rendimiento y calidad. Esta temporada tenemos previsto realizar estudios de fecha y densidad de siembra y selección de herbicidas. Estos trabajos los estamos realizando con la ayuda de estudiantes tesistas de pregrado y postgrado y son financiados con fondos otorgados por la Dirección de Investigación dela Universidad de Concepción. De igual modo estamos trabajando en la selección de variedades que presenten mayores rendimientos y semillas de mayor tamaño, esperamos muy pronto tener disponibles materiales seleccionados para los agricultores interesados.

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